Mi querido Padre Danilo.- celeste
Fecha Monday, 09 March 2015
Tema 010. Testimonios


Desde que me enteré del fallecimiento del Padre Danilo que quiero escribir en esta página para compartir algo de lo que fue su admirable vida pero, o no encontraba el momento o las palabras que logren expresar lo que guardo en el corazón. Hoy al leer el artículo de Agustina sobre su muerte me quedé paralizada y sentí la necesidad de escribirles.

Si mi memoria no me falla tenía 68 años cuando falleció, de los cuales casi 40 fue sacerdote del Opus Dei. Se ordenó el 13 de julio de 1975, pocos días después de la muerte del fundador. Fue de los numerarios que teniendo grandes títulos y un altísimo nivel cultural e intelectual, trabajó como albañil construyendo Cavabianca y así quedó su salud y especialmente su columna, que aunque le hicieron varias operaciones no lograron recuperarlo; sus dolores eran fuertes y constantes, muchas noches las pasaba de pie porque no podía estar acostado y solía confesar horas arrodillado porque no podía estar sentado.

Lo conocía y lo quería mucha gente, lo solían llamar a programas de radio y TV, cosa que no sucedía con la mayor parte de los sacerdotes de esa institución. En su país lo querían muchísimo pero el Opus Dei se empeñó en retenerlo en la Argentina con el argumento de que si lo dejaban en su patria lo hacían obispo y "no querían perderlo". Era una persona coherente, inteligente y muy piadosa. Y como eso no es lo común en esa institución seguramente le tendrían mucha envidia. Con los años lo fueron arrinconando y dejando solo. Cuando yo todavía vivía en Buenos Aires y le conté que me sentía sola, me dijo que tenía que buscarme una familia y amigas a quienes acudir. Me puso su propio ejemplo: había encontrado una familia a la que solía acudir siempre que podía, era la familia del Dr. Velasco Suarez, lamentablemente tanto la esposa como él fallecieron hace pocos años y el padre Danilo perdió a "su familia".

Podría contarles muchas cosas porque coincidí con él varias décadas, pero si les interesan algunos pormenores de su vida pueden leer una entrevista que publicó José Luis Olaizola en su libro "Guía de curas con encanto". Era un gran predicador y confesor, las numerarias se "peleaban" por asistir a sus retiros y meditaciones... pasó por la vida haciendo mucho bien a su alrededor.

Cuando me enteré de su muerte hace un año, yo me había trasladado a vivir a otra ciudad, ya no estaba en Buenos Aires, además con el afán de cortar con todo lo que sonara a Opus Dei, los últimos 2 años había dejado de escribirle, por eso acudí a una gran amiga para pedirle que ella fuera al velorio, entierro, etc., en mi nombre. Como ella también lo conocía y quería fue con gusto y me envió varias fotos. Me contó lo mismo que cuenta Agustina en su artículo, que no hubo velorio, solo una hora en una iglesia pública, ni siquiera en un centro de la obra. La misa del funeral fue concelebrada y entre los celebrantes estaba el padre Fernando Miguens, un gran sacerdote que abandonó el Opus Dei después de más de 50 años, no se qué haría para que le den ese permiso, pero cuando me enteré me pareció lógico porque si el padre Miguens continuaba allí tal vez hubiese terminado igual que el padre Danilo. A la misa acudió mucha gente de todo tipo, familias enteras que no paraban de llorar como si se tratase de alguien muy cercano. El era así, una persona que quería y se hacía querer por gente normal.

Esta amiga que fue en mi representación tuvo la iniciativa de ir al lugar del accidente a constatar cómo había sido y hablar con algunos que trabajaban en ese lugar. También me envió las fotos, eran impresionantes. Con el guardia del tren que habló le dijo que para él no era un accidente, que se trataba de un suicidio por la forma en que había sucedido. Mi amiga le preguntó si él se había quedado con alguna de sus pertenencias y le dijo que sí, le entregó algo de uso muy personal porque al lugar del accidente solo habían ido, hasta ese día 8 de marzo, unas viejitas y ella. Total que mi amiga se quedó con esa "reliquia". Me pareció increible que los de su casa ni siquiera se hubiesen tomado la molestia de ir al lugar de los hechos y que no les importara dónde habían quedado todas sus pertenencias.

Gracias a todos los que hacen posible esta web para poder descargar un poco de todo lo que uno carga en el corazón y sobre todo poder compartir tantas cosas que en otros ambientes no se entenderían.

Celeste







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