Como un preso injustamente condenado.- Orange
Fecha Monday, 30 March 2015
Tema 010. Testimonios


Al principio de estar en el Opus Dei todo me parecia perfecto, maravilloso, digno de ser practicado con sumo entusiasmo, con gran mimo y grave responsabilidad porque estaba "haciendo el Opus Dei" . Estar en el Opus Dei era un sencillo asunto de "amor ciego". Fruto de ello tenia una sensación inmensa de alegría interior pero paralelamente me creó una conciencia súper- escrupulosa que llevó a provocarme sensación de auto acusación por motivos tan nimios como llegar un minuto tarde al rezo de las preces, dedicar a la lectura espiritual doce minutos en vez de los diez previstos, rezar por despiste el Ángelus en vez del Regina Coeli en tiempo de Pascua.... y tantos otros detalles que a todos nos vienen a la memoria y que eran motivo de auto acusación en las Enmendatio de los círculos breves; y de faltas, porque no eran pecados, en la Confesión que, con la excusa de ser una norma de obligatoria frecuencia semanal del plan de vida (fijense, un Sacramento tal vital, instituido por Jesucristo, convertido de facto en una simple norma rutinaria por manía de Escriva), distorsionaba en gran medida la rectitud de intención de muchas de las veces que acudí al Sacramento de la Reconciliación.

Veo ahora con verdadero espanto, hasta qué punto la fuerza de la influencia del ambiente opusino tiene para llevarnos a las personas a semejantes deformaciones de la conciencia, máxime cuando ese ambiente era tan laxo en temas de vital importancia como la implicación personal en la ayuda que los seres humanos que me rodeaban, veía que me pedían y ante los cuales pasaba de largo como el sacerdote de la parábola del buen samaritano, así como en la exigencia del cumplimiento ejemplar de mis deberes sociales y profesionales. Aparte están todos los asuntos de corrupción económica y maltratos de diverso tipo a los miembros. Me apena pensar en la cantidad de almas que aun están aherrojadas en esa situación y pido para ellas la iluminación del Espíritu Santo.

Pero poco a poco Dios fue encendiendo lucecitas en mi conciencia que poco a poco me hicieron ver la verdadera realidad y que me llevaron en un proceso lento de desengaño, no exento e episodios tensos con los directores, que culminó con mi salida de la obra, cuya sensación no encuentro mejor expresión para describirla que la salida de un preso que ha estado injustamente encarcelado.

Puesto que estar en el Opus Dei, más que un proceso racional es un asunto de "amor ciego", quizá todo esto me ha venido a la memoria al volver a escuchar unas estrofas de la cancion de Ives Montand "les feuilles mortes": mais la vie sépare ceux qui s'aiment, tout doucement, sans faire de bruit et la mer efface sur le sable les pas des amants désunis. les feuilles mortes se ramassent à la pelle, les souvenirs et les regrets aussi et le vent du nord les emporte dans la nuit froide de l'oubli...

 Orange.









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