Muchas gracias por permitirnos ser parte de esta nueva vida fuera de la obra. Hay tantas ex auxiliares que como yo nos hemos enterado de este sitio y quiero agradecerles la oportunidad de ir agregando vivencias pasadas en el opus dei. Hay gente que pasó la página y es como si no hubieran tenido esas vivencias, corren un velo para tapar tanta tristeza tanta humillación, tanta falta de caridad que hemos recibido de esa, que decía ser Madre, el opus Dei.

Sin respeto a la intimidad

Era normal que en las tertulias llegara una directora de la delegación un día de fiesta con una carta para leerla en público. Una chica de san Rafael amiga de una numeraria del centro de estudios le escribía contándole sobre su vida interior o sea como rezaba, las metas que se ponía para acercarse a Dios, absolutamente todo. Entre medio la directora hacia algún comentario para enseñarnos que teníamos que aprender de la vida interior de la chica de como se abría a su amiga con total sinceridad. No sé el resto yo hablo por mí, siempre me enojaba que me leyeran mis cartas, las que yo escribía a mis padres por ejemplo. Había que dejarlas en dirección abiertas y la directora las leía y a veces hasta te decía que corrijas algo, imagínense al oír esto en las tertulias! Siempre pensé eso está mal! y lo decía en mi charla pero la directora decía que era para mantener vivo el proselitismo porque escuchando como hacen apostolado uno aprende. Habría que preguntarle a la dueña de la carta si pensaba lo mismo!

Padre Danilo, gracias!

Quizá haya gente que no sabe como vivía una numeraria auxiliar, por eso me tomo la libertad de contarles sin menospreciar las vivencias de gente tan queridas en este sitio que merecen todo mi respeto y cariño. Hoy les quiero contar que agradezco a Dios haber conocido al padre Danilo. Siempre tan cariñoso con todos aunque creo que mas con nosotras y lo demostraba siempre. Nos contaba su vida aquí en Estados Unidos lo difícil que fue para él al principio. Yo solo quiero hacerle este homenaje recordarlo con cariño aquí, porque pienso que desde el cielo seguirá ayudándonos en esta nueva etapa, el más que nadie sabe lo que había y hay en mi corazón. Una numeraria auxiliar que creía que la obra era una familia y que iba a morirme de vieja allí adentro! Cuantas bendiciones semanales que me ayudaban para seguir adelante a pesar de tantas tristezas y sinsabores. Y ahora en esta nueva vida! Feliz de haber dado el gran salto fuera. Porque pienso que es lo correcto. No quería envejecer viendo que los enfermos y ancianos y no digamos con alguna discapacidad son dejados de lado, mal atendidas como numerarios de otra categoría.

Nos habían enseñado a hacer una bandeja de desayuno para los sacerdotes cuando venían al centro y estaba en una poner ese toque maternal del dulce que sabía que le gustaba o una feta mas de jamón, un pancito tibio en invierno. Yo sabia y creo que todas las auxiliares lo hacían, ayudábamos a los demás a perseverar en esos detalles! Sabíamos de su dolencia de espalda y le poníamos un colchón especial en la casa vieja de La Chacra cuando el atendía una actividad y sonriendo nos quería ayudar! Estábamos atentas cuando no llegaba a comer de dejarle su comida y su puesto limpio en la mesa, siempre así por todos, pero como este es mi homenaje sigo con mi querido padre Danilo.

Yo vivo en Estados Unidos y cada tanto tenía noticias de que su salud estaba malograda pero seguía confesando. Que impotencia al enterarme de las circunstancias de su partida, lloré por ese hombre bueno y fiel que murió ahí en una vía de tren solo como perro! Habrán aprendido la lección en la obra o cuantos más van a sufrir el dolor de la indiferencia?

Lawrence