Un cuento de ficción.- Paiquito
Fecha Wednesday, 27 May 2015
Tema 900. Sin clasificar


Hola.

Quisiera narrar un cuento de ficción, de muertos y aparecidos, a raíz de la imaginaria desaparición de una persona, que me llevó a contratar a Sherlock Holmes como garantía para llegar a encontrarla.

Ella se dedicaba al servicio doméstico en una residencia del opus dei. La habían visto salir por la puerta de atrás del edificio, aunque al parecer nadie se dio cuenta.

Fue el papá de ella que, al darse cuenta de la desaparición de su hija, se preocupó en extremo, aunque ya no podía corroborar él mismo la situación, pues había muerto hace algunos años y ya no podía dejar el cementerio que era su casa. Aún vivo también se preocupaba, pero el trabajo extenuante y las necesidades de la sobrevivencia no le dejaban ni energías ni tiempo.

Yo me encontraba en la oficina de Sherlock Holmes leyendo uno de sus libros cuando se escucharon unos pasos en la escalera y súbitamente entró un señor con una cara de angustia y preocupación y alzando la voz se dirigió al detective por excelencia. -Señor Sherlock Holmes, necesito que encuentre a mi hija pues ya no vive en una residencia del opus dei en donde habitó por más de 10 años, y temo por su vida. Ella salió de la residencia hace ya más de 3 días y no ha dado señal de vida. Los de la residencia no me saben explicar el lugar dónde vive mi hija. Me dicen que yo estoy muerto y que soy el primero que estando en el otro mundo habla con ellos. -¿Hace cuánto tiempo no la ve? -preguntó el detective-. Hace ya más de 10 años. Ni siquiera fue a mi entierro. -¿Y qué quiere que haga? preguntó el detective. -Quiero saber dónde está, y quiero que sepa que en su casa la esperan su madre y sus hermanas. -¿Es una residencia del opus dei?- preguntó Sherlock. - Así es, contestamos tanto el papá como yo. -Si es algo del opus dei, me debo dirigir al inframundo y preguntar por algunas cuestiones. -En dos días tendrá su respuesta- , dijo Sherlock Holmes, y aquella persona desapareció tras de la puerta.

Nos dirigimos al inframundo, y traspasamos el velo del más allá. Llegamos a un lugar desierto que, muy al fondo, daba señales de vida. Caminamos hasta ya casi al llegar al santo fundador y al beato que le sustituyó. Se les notaba muy serios y pesimistas y casi ni nos dirigieron la mirada. El más educado fue el santo fundador quien se acercó a nosotros y sonriendo nos preguntó -¿Qué buscan?- Sherlock Holmes sonrió también y le dijo -Yo también estoy muerto-, entonces el fundador retrocedió unos pasos y preguntó -¿Entonces?- Yo me di fuerzas para hablar y alzando la voz dije -Busco a una mujer que trabajó en el opus dei, que salió hace tres semanas de su residencia y no aparece- entonces se acercó el beato y dijo -No nos molesten, que nada ya nos interesa-.

Al regresar le pregunté a Sherlock Holmes el propósito de la visita al inframundo, a lo que me contestó pensativo: -Me habían hablado del opus dei, pero tenía mis dudas-. Entonces regresamos a su departamento y esperamos pacientes a que se cumpliera el lapso de 2 días. Recibimos la noticia de la localización y de que ella se dirigió a casa de sus padres. Le había llevado tiempo el regresar a su casa ya que dentro de la residencia alimentaban su conciencia con noticias de desamor de parte de su familia, y no creía ser sino una molestia.

Sherlock Holmes me dijo muy serio -quizá haya personas que se mueren pensando que no las quiere nadie- pero al menos hoy no pasó eso.

Paiquito









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