Sin amigos.- Elcanario
Fecha Monday, 22 June 2015
Tema 050. Proselitismo, vocación


Cuando conoces al Opus Dei, parece que has encontrado ese amigo que soñaste y hasta te preguntas cómo no lo habrás descubierto antes. Nada más lejos de la realidad. Todo es puro proselitismo utilizando las artes que sean. Una vez escrita la carta de la solicitud de admisión empieza la cuesta arriba. Te das cuenta que te tuvieron engañado hasta conseguir que te incorporaras a esa que ellos llaman familia y no lo es. El que era ese amigo tan estupendo se convierte en alguien frío al que no puedes expresar tus más íntimos pensamientos. En su lugar, te hacen expresar tu intimidad a alguien elegido a dedo, con el que no tenías tantos puntos en común. ¡Qué gran equivocación! Ellos lo justifican para huir de las "amistades particulares". Y sin embargo, yo aguanté casi treinta y cuatro años dentro.

Después de mi artículo sobre los cincuenta años de mi pitaje, todo se me ha resucitado. He aprovechado para hablar con los amigos que tenía en aquel 19 de marzo de 1965. Les he descubierto por internet. Al pitar te dicen en la Obra que hay que tratar a muchos amigos, de los que tratas más intensamente a diez y, de ellos, cinco que se puedan incorporar a los medios de formación. Hasta haces listas con primera y segunda división. Los de la primera son los que pueden pitar el plazo de un año. Los de la segunda tienen que esperar más. En definitiva toda la cuestión de amistad no es tal sino proselitismo. Una vez conseguido el objetivo, se aparta quien te ha tratado. Es una pura comedia. Algunos de esos amigos del colegio donde estudié me han confesado que yo les intenté captar para el Opus Dei, pero a ellos no les gustaba y optaron por no continuar con mi amistad. ¡Qué pena perder una amistad hecha cuando eras niño en favor de un grupo que le habías conocido meses antes y no había demostrado nada!

Una de la primeras cosas que les he dicho a estos antiguos amigos y compañeros es que yo ya no pertenezco a la Obra. Uno de ellos incluso me ha dicho que es católico practicante pero no congenia con una institución como esa. Otro me ha contado su experiencia en una ciudad europea donde ha residido donde la llamémosle familia de Escrivá, controla mucho. Yo lo pude comprobar en un viaje que hice a esta capital por motivos de trabajo. En definitiva, cuando te haces de la Obra, pierdes a los amigos que siempre habías tenido para tener unos supuestos amigos que ni son amigos ni son nada. Ahora algunos se han alegrado de volver a saber de mí. Han pasado cincuenta años y no sé si he llegado a tiempo. Confío que el resultado haya sido positivo. En los próximos días veré a algunos en Madrid. Yo ahora me encuentro en las islas Canarias. Uno me ha dicho que se va de vacaciones. Solo tenemos un día disponible y vamos a aprovechar para vernos. ¿Quién me iba a decir a mí que gracias a ese artículo de Opuslibros me iban a suceder cosas tan maravillosas como las que estoy viviendo?

He contado que cuando llegas a la Obra pierdes tus amigos de siempre, con los que compartías todo. Pues bien, cuando te vas, pierdes los supuestos "amigos" que tenías en el Opus Dei. Ellos dicen que son "familia", otro montaje para engañar a quien se lo crea. Incluso manifiestan que aunque te vayas, sigues siendo amigo de ellos. Los hechos demuestran todo lo contrario. Si te has ido por tu voluntad dejas de ser su amigo y, si encima escribes en una página como ésta, procurarán hacerte la vida imposible, Recapitulando, al hacerte de la Obra pierdes a tus amigos de siempre, y al salir, a tus amigos de la Obra. Por ello se trata de volver a empezar, hacer nuevos amigos. A ver si consigo recuperar a mis compañeros de colegio.

ELCANARIO









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