La ruina.- Elcanario
Fecha Monday, 14 September 2015
Tema 078. Supernumerarios_as


Hoy voy a contar un caso que viví durante los más de veinte años que estuve como encargado de grupo de supernumerarios en distintos centros del Opus Dei.  A pesar de los diecisiete años transcurridos desde mi marcha, el hecho no se me ha olvidado.

Viví una situación cruel en aquellos momentos, pues tuve que trasladar al interesado lo que me habían transmitido que dijera por parte del consejo local de San Gabriel. Para los que no hayan sido del Opus Dei aclaro que consejo local es quien gobierna en un centro y está formado por director, subdirector, secretario y sacerdote, aunque el primero es "quien hace cabeza".

Luis, que así se llamaba el supernumerario, había tenido unos negocios florecientes, pero el abandono de un socio hizo que la situación económica de su familia se fuera a pique. Él disponía de un coche de lujo, que no quería abandonar, aunque su mujer, también supernumeraria, le pidió que lo hiciera, ya que no podían mantenerlo. Paralelamente a la ruina él frecuentaba poco los medios de formación del centro y, en especial, el círculo de estudios de los supernumerarios. Poquísimos meses daba su aportación en el centro. Todos los años, cuando llega el 19 de marzo, todos los supernumerarios que no tengan hecha la incorporación definitiva deben renovar su entrega. Esto no vale para los que son ya de edad avanzada o son celadores (hablan del apostolado con los restantes del grupo) que suelen tener hecha la fidelidad o incorporación definitiva. Las semanas anteriores a esa fecha los distintos miembros del consejo local imparten círculos de estudios para tratar de que todo esté claro el día de la renovación de la entrega.

Se nos aconsejaba vivamente a los distintos encargados de grupo que pusiéramos empeño para que ningún supernumerario se quedara sin recibir ese círculo. Si algún supernumerario había fallado había que perseguirle para ponerle en contacto con uno del consejo local y se lo explicara. A título de anécdota comentaré que en esa fecha los teléfonos de los distintos centros echan humo pues todos llaman para decir que "han renovado el contrato". El del consejo local que recibe las llamadas tiene listados de cada uno de los grupos y pone una señal para decir que ha renovado. Al final del día toca la parte más difícil: perseguir a los que no han renovado para que renueven antes de las doce de la noche. Sé de algún caso que el encargado lo pasó mal, pues el hasta entonces supernumerario había decidido abandonar su supuesta vocación.

El caso de Luis era distinto a los demás. Unas dos semanas antes, en una reunión que tuve con el consejo local, se me dijo que le transmitiera que el 19 de marzo decidiera voluntariamente si debía continuar en el Opus Dei. No disponía de dinero ni frecuentaba con asiduidad los medios de formación de la Obra. La respuesta que tuvo fue que renovó su entrega.

Han pasado bastantes años y no se si "este hermano nuestro" (como se decía entonces) sigue perteneciendo a la prelatura o si le sigue yendo mal en su situación económica. He pensado muchas veces en él. Omito expresamente más detalles. Entiendo que su ruina económica influyó grandemente en la mala marcha de todo lo demás. El nunca planteó abandonar la Obra, por lo que el consejo local le provocó la crisis a ver si reaccionaba de alguna manera. ¿Influyó su ruina económica en provocarle que decidiera sobre si debía continuar? Lo dejo en el aire.

ELCANARIO









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