Violación del secreto e instrumentalización de la amistad (I).- Desconcertado
Fecha Monday, 19 October 2015
Tema 060. Libertad, coacción, control


Uno de los peores recuerdos que tengo del Opus Dei es el de las llamadas “tertulias apostólicas”. Era un horror contar en público las conversaciones privadas que se habían mantenido con “amigos”.

Había “tertulias apostólicas” de dos tipos. Unas, las que se tenían entre los propios miembros del centro cada día. Los numerarios o agregados debían narrar abiertamente y en público alguna “anécdota apostólica” o “proselitista”, prólija en detalles, reportando diálogos íntimos y personales que se hubieran tenido con algún “amigo” con el fin de que participara en un medio de formación de la Obra, o de que se confesara con el sacerdote del centro.

Aportar minuciosamente datos sobre la “conversación” y la vida del “amigo”, era la forma de dejar patente la destreza o audacia apostólica del miembro de la Obra protagonista. Ni que decir tiene que se ponían en común intimidades, pecados, aspectos personales, etc… de la vida del sujeto pasivo de la anécdota. Muchas de las anécdotas contadas en público terminaban con un “y al final se confesó”. Era patético cuando el narrador, para confirmar la veracidad de la historia, acudía en apoyo del sacerdote del centro y le preguntaba: “¿verdad, D. Fulanito?”, a lo que D. Fulanito, con tanta o más vanidad que el ponente, asentía con un: “verdad”.

Gracias a esas tertulias conozco infinidad de interioridades de personas que jamás habrían aceptado que sus nombres y circunstancias fueran objeto de mercadería de charlatanes y cotilleos de peluquería.

El otro tipo de “tertulia apostólica” solía organizarse con ocasión de la visita al centro de algún miembro de la Delegación o de la Comisión, es decir un “Director mayor” o “Superior Mayor”. Sabido es que en el Opus Dei, por la estructura de información piramidal que tiene, los Directores están al día de la actividad “apostólica” de sus miembros. El “apostolado” en el Opus Dei es “dirigido”, y todos están obligados a hablar semanalmente con el Director local en la “charla fraterna” del “apostolado” y el “proselitismo” que realizan. Una prueba de cuanto se dice son los “informes de conciencia” sobre los que ya se ha comentado aquí con profundidad.

Los “Directores mayores” o “Superiores mayores” tienen noticias, con infinidad de detalles, de la vida íntima de las personas que “tratan apostólicamente” los otros miembros del Opus Dei, y cuando van de visita a un centro, suelen contar abiertamente lo que saben, sin ningún tipo de escrúpulo, y despreciando el más sagrado de los secretos y sigilos.

Todos los que hemos pasado por el Opus Dei somos testigos de la violación sistemática del secreto de oficio, del secreto profesional y del sigilo, que se hacía, entre otros lugares, en las “tertulias apostólicas”.

Desconcertado

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