El caso de las filtraciones de documentos reservados del Vaticano está haciendo mucho daño no solo al sacerdote arrestado, sino a la misma prelatura personal del Opus Dei. Rara es la vez que no hablas con un amigo y sale a la conversación esta noticia. No es normal que un sacerdote de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz sea detenido por la gendarmería vaticana y transcurrida más de una semana aun continúe detenido. Todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia, pero, de momento, parece que el sacerdote afectado, Lucio Angel Vallejo Balda, no ha sido puesto en libertad ni parece vaya a ser liberado hasta que se celebre el juicio. Lo curioso de todo es que se está investigando. El prelado del Opus Dei, sus adlateres y todo el llamado Apostolado de la Opinión Pública van a tener que trabajar mucho para borrar esa imagen de que la Obra, a través de uno de los suyos, estaba maquinando contra el Papa Francisco. No tenían poco con intentar lograr que, a los ojos de la gente de la calle, la prelatura apareciera como fiel al actual Pontífice jesuita.
Los que hemos pertenecido durante muchos años al Opus Dei sabemos que se nos decía que los jesuitas eran una especie de enemigos. Para hablar de ellos no se decía la Compañía de Jesús, sino "los de siempre". ¡Qué fuerte! Y si encima es un Papa jesuita, más de un ciudadano pensará que es volver a las tradicionales diferencias.
En la reciente entrevista del diario "El País", el actual vicario general del Opus Dei, Mariano Fazio, decía: "Conozco a mucha gente de la Obra que está fascinada con el estilo de Francisco y otros que no le gusta tanto. Y otros que no les gustaba el estilo de Benedicto y ahora están encantados. Son cuestiones totalmente opinables. Pero yo veo una gran unidad con el Papa". Luego existen algunos de la Obra a los que el estilo del Papa Francisco no les "gusta tanto". ¿Lucio Angel Vallejo Balda era uno de los descontentos? Un sacerdote agregado de la Sociedad Sacerdotal no pertenece jurídicamente a la Obra, pero sí está imbuido del espíritu del fundador.
Cuando yo me hice del Opus Dei en los años sesenta del siglo XX eran frecuentes los centros en los que los sacerdotes pertenecían al clero diocesano de la SS+ y confesaban a numerarios (raras veces), agregados y supernumerarios. Incluso había listados de iglesias y parroquias donde se decían los nombres de los sacerdotes de la SS+ por si alguno tenía una "necesidad urgente" (un pecado mortal) de acudir al Sacramento de la Penitencia y no había un sacerdote numerario en el centro. Lo difícil para muchos numerarios era que estos sacerdotes diocesanos de la SS+ entendieran el espíritu de la Obra. Para ellos lo entendían mejor que cualquiera de los religiosos.
De monseñor José López Ortiz, agustino, que fue arzobispo Castrense de España y obispo de Tuy-Vigo, los directores del Opus Dei nos decían que no comprendía el espíritu del Opus Dei y eso que había sido profesor de los tres primeros sacerdotes. Yo creo que esto que estoy diciendo no llegó a saberlo el propio afectado. No se me olvida una anécdota que nos contó Julio, un agregado del entonces Instituto Tajamar de Madrid. López Ortiz --se le llamaba Fray José López Ortiz, nunca monseñor-- visitó la obra corporativa Tajamar. Como diferente por trabajar de cámara en la televisión pública, Julio fue presentado al arzobispo y éste le preguntó por algo de su vida y su entrega a Dios. El agregado respondió negando el planteamiento del arzobispo, a la vez que añadía "no te jode..." La expresión de este socio del instituto secular fue considerada por los directores como "muy laical". Y es que el Opus Dei se consideraba entonces como una burbuja dentro de la Iglesia Católica, algo distinto. Se da la circunstancia de que el secretario personal de López Ortiz era Heliodoro Gil, uno de los primeros sacerdotes diocesanos que tuvieron relación con José María Escrivá de Balaguer y luego pasó a pertenecer a la SS+ cuando fue creada. En Opuslibros he hablado de él en un artículo titulado "Las anguilas y la corona de espinas".
Recuerdo también que dentro del Opus Dei se nos decía que la mayor parte del clero diocesano español no entendía la Obra pues se había formado en seminarios con profesorado de la Compañía de Jesús o en la Universidad Pontificia de Comillas, perteneciente también a los jesuitas. Esa es una de las explicaciones que se puede dar a la creación de la Universidad de Navarra en Pamplona, en la que luego se ha creado hasta un seminario con el nombre de Bidasoa. Esto contradice lo que decía el fundador en el sentido de que la Obra nunca tendría un seminario propio. El mismo colegio mayor Aralar de Pamplona era un seminario internacional para numerarios, como lo es actualmente Cavabianca en Roma. La Obra tiene como patrono para los numerarios y agregados al arcángel San Miguel; para los supernumerarios al arcángel San Gabriel; y para las gentes jóvenes que se acercan a la obra, al arcángel San Rafael. El Vaticano tiene tres niveles en los documentos secretos que curiosamente se denominan con los tres arcángeles. El de mayor importancia es San Miguel, que aún no se ha investigado. En estos momentos se investiga el de San Gabriel, que tiene una importancia media. No hay noticias de prensa que indiquen que se investiga el de San Rafael. Los mismos nombres que en la entrega en la Obra. ¡Qué coincidencia!
Supongo que en estos momentos se dirán muchas jaculatorias en la prelatura dirigidas a los tres arcángeles, lo mismo que a Santa Catalina de Siena a la que se le encomienda el Apostolado de la Opinión Pública. Su ayuda les hace falta.
ELCANARIO
