Minucias (VI). Sobre pasaportes.- Simplicio
Fecha Wednesday, 10 February 2016
Tema 070. Costumbres y Praxis


Tengo a la vista mi pasaporte y en última página dice:

 

"El Estado español se reserva la propiedad de este pasaporte, sin perjuicio de los derechos de su titular, y, en consecuencia, recomienda a éste la máxima diligencia en su custodia y utilización y ruega a cualquier Autoridad u otra persona  su entrega a las Autoridades españolas en caso de extravío o uso indebido"...



Esto me trae recuerdos de hace unos cuarenta años, cuando varios estudiantes, jóvenes numerarios, tuvimos una interesantísima tertulia con un periodista de la Obra, excelente persona y profesional, que volvía de otro continente a donde se había desplazado como corresponsal de guerra.

 

Contaba sus numerosas aventuras y peripecias en aquel país y que en un momento dado fue detenido por un destacamento militar que lo interrogó y como primera medida le quiso confiscar el pasaporte. Fue un momento especialmente tenso porque ese bando contendiente no reconocía como legal su entrada en el país y si se quedaba sin pasaporte le sería muy difícil viajar y especialmente trasladarse a salvo a cualquiera de los países vecinos, que probablemente le negarían la entrada por carecer de documentación.

 

Así que necesitaba ingeniárselas inmediatamente para evitar a toda costa que le retuvieran el pasaporte. Y no se le ocurrió otra cosa que invocar el texto que he transcrito:

 

No les puedo dar el pasaporte -argumentó- porque el pasaporte no es mío, aquí lo dice claramente, es propiedad del Estado español y soy personalmente responsable de su custodia ante mi Gobierno. Además tampoco usted puede retenerlo porque se convertirá en el responsable de un serio incidente diplomático; consulte con sus superiores.

 

Tuvo suerte. El jefe del destacamento, militar de poca graduación, tal vez apremiado por la inminencia de nuevas operaciones militares, tal vez por temor a meter la pata (su bando tenía en contra a la mayor parte de la opinión pública internacional), o por lo que fuere, le devolvió el pasaporte sin más consecuencias que conminarle enérgicamente a abandonar la zona sin dilación.

 

Todo esto me lleva a recordar una práctica asombrosamente indigna de la Prelatura con sus miembros residentes en Roma, que se ha denunciado en esta página varias veces. Se les retiene el pasaporte por los directores.

 

- Maria del Carmen Fernández Tapia lo explica en su libro "Tras el umbral" cuando estuvo semi-secuestrada en Roma y le confiscaron todos sus documentos personales, además de otras pertenencias.

 

- También Haenobarbo en su escrito de 31 de julio de 2009 nos dice "Es más, sospecho que para el permiso de soggiorno, requerido por el Estado italiano para permanecer en su territorio, se nos presentaba en esa calidad [de seminaristas]. Digo que lo sospecho, porque nada más llegar al Colegio Romano, se nos requisaban los pasaportes, que no volvíamos a ver hasta que nos íbamos, y de esos trámites seguramente se encargaba algún experto"

 

- Zartán en su escrito de 21 de septiembre de 2011 recuerda

"Primer día y segunda sorpresa:

 -Toma dos mil liras, pásate por tu consulado y te registras, luego vas a San Pedro y regresa para almorzar en el segundo turno. Y, si consigues no perderte y regresar, luego dejas tu pasaporte en dirección.

 ¿Para qué necesitan el pasaporte en dirección si ya hice los trámites en mi consulado?

-Porque es lo previsto.

-Ok, me quedó claro (glub)".

 

- Josef Knecht en su escrito de 30 de julio de 2014 explica: "Cuando residí en Cavabianca, los superiores del Colegio Romano de la Santa Cruz retuvieron, a los pocos días de mi llegada a Roma, mi pasaporte y lo mantuvieron guardado en sus archivos durante los dos años que allí viví. Cuando iba a regresar a España, me devolvieron el pasaporte, y desde entonces siempre lo he tenido en mi posesión". A lo que Zartán añade la siguiente precisión: "La retirada de pasaportes no solo era para los cavabiancotas sino que también se realizaba para residentes en Villa Tevere. De esto se puede deducir que esa retirada tenía otras finalidades más que el simple evitar problemas de residencia temporal. Pero, si a alguien se le ocurre pensar en que hubiese desconfianza con cavabiancotas o villateverinos, es que es de mente retorcida... El cojo siempre le da la culpa al empedrado".

 

- Y recientemente Carmen Charo en su escrito de 29 de enero de 2016 lo confirma "El Opus Dei tiene a mujeres extranjeras, sobre todo numerarias auxiliares en su sede central, sin posibilidad de acceder a sus pasaportes, que los guarda convenientemente la directora del centro, y seguro que bajo llave".

 

Pues bien, aprendamos de ese periodista del Opus Dei que hace cuarenta años encontró un argumento adecuado e ingenioso para evitar que le privaran injustamente de su pasaporte, que por otra parte es un documento personalísimo. Porque lo que vale ad extra también debe valer ad intra ¿no somos ciudadanos normales, iguales en todo a los demás?. Si todavía perdura esa praxis perversa en Roma, animo a los sufridos residentes para que ante semejante pretensión contesten al director de turno: No te puedo dar el pasaporte porque no es mío, pertenece al Estado español (o el que sea) y yo soy personalmente responsable de su custodia ante mi Gobierno. Como último recurso pueden amenazar con un serio incidente diplomático.

 

La praxis de retener el pasaporte de los miembros de la institución es completamente ilegal, no solo por lo que dispone la ley española, sino que las legislaciones de otros países son similares; consulten sus pasaportes. Por otra parte es también inmoral y carece de justificación desde cualquier punto de vista desde el que se la considere. Y por último tiene para mí un cierto tufo clerical y además algo de sectario.

 

Simplicio

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