Recuerdo que, lectura obligatoria para los que debían “pitar” era leer “Cuadernos VI” el capítulo de “vocación”. Así pues, llegaba al que se le hacía minuciosa inoculación de ideas de “llamada divina” para darle tal “documento interno” y se meta al Oratorio a leerlo. Como me comentó muchos años después un ex numerario: “ese libro parece estar hecho por el departamento de marketing de una trasnacional… o compras o compras porque no cabe otra opción”. Efectivamente, a quien se le hace “reglaje” para que pite no le cabe otra opción: o “pita” o se marche. Esta visión binaria en la espiritualidad del Opus Dei donde sólo existen los fieles y no fieles (¿Infieles?), “llamados” y “no llamados”, “faroles siempre encendidos” y “faroles que se encienden de noche”… y así varios epítetos inventados por San Josemaría hacen de la Prelatura lo que es: esquizofrénica.

En Perú estamos dentro de un proceso de campaña electoral muy reñida. Han retirado a un candidato por fraude de sus títulos académicos, plagio de sus tesis de magíster y doctorado… Me hizo recordar a San Josemaría. El modo cómo se manipula su biografía e historia de la Prelatura para hacerla santa e inmaculada ante los ojos de los hombres de modo que se presente como lo que debe ser: “Obra inmaculada de Dios”. Cualquier registro que la manche, ha de ser borrada, recortada, quemada o negada. A pesar de evidencias irrefutables siguen habiendo seguidores, al igual que el partido político que antes he mencionado. Y es que, quien vaya en contra de la Obra de Dios sólo puede proceder del Demonio y esos documentos históricos, aun firmados por el Beato Álvaro del Portillo o Escrivá mismo, serían un producto del mismísimo Satanás y es que, cuando te introducen en el subconsciente que Dios es el Fundador y Dios mismo te impera a responder que “sí” y el “elegido” para una “gran aventura humana y sobrenatural” no hay opción.

Espero que esos “elegidos” puedan asesorarse convenientemente antes de tomar esa “decisión para toda la vida”.

Nicanor
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