La gran falacia del Opus Dei. El control total de la conciencia (II).- Pepgrass
Fecha Friday, 29 April 2016
Tema 010. Testimonios


LA GRAN FALACIA DEL OPUS DEI. EL CONTROL TOTAL DE LA CONCIENCIA (II)

Pepgrass, 29/04/2016

¿ESTÁS OPUSEÍDO?

En mi vida como numerario de la Opus desaparecieron sin dejar apenas rastro cerca de 200 personas con las que había CONVIVIDO en los distintos centros en los que estuve. Desde directores de centro, subdirectores, secretarios, el director del centro de estudios… hasta directores de la delegación y de la comisión, incluso de Roma y gente que fue a otros países. Hace poco me he enterado también de algún sacerdote. Pero eso no es lo extraño, lo curioso fue que casi nunca me daba cuenta de la gente que se largaba sin más con viento fresco, eran desapariciones misteriosas…



En la Opus el mismísimo Alfred Hitchcok se habría vuelto loco, vamos que podía haber sacado una película de suspense de todas y cada una de ellas. Ya conté la anecdotilla del director del centro de estudios en “mi historia de la Opus”, en el que estábamos 100 numerarios viviendo y de un día para otro desaparece el gran jefe y, sin saber cómo, aparece otro, de repente, como por arte de magia. Total que llegas a West Point y, si ya ibas mal de tiempo, la abuelilla se puso de parto, dicho más finolis.

No teníamos tiempo para absolutamente nada más que para la Opus, las miles de normas, dos meditaciones y charlas diarias, las clases de latín, filosofía y teología, los encargos infinitos, los estudios, el coro, las famosas “vestes” que dan para millones de anecdotillas. Los que no “daban” para el coro les tocaba vestirse de “lagarterana” para ayudar en las misas especiales, que en el centro de estudios eran cada domingo. Tiene gracia, cuando algo les interesa lo machacan a fondo, sobre las vestes no se podía decir ni muuuu, porque te caía una corrección fraternitas que “te Cangas de Onís”. Eso sí, como al curilla de turno le entrase manía por un tipo, se le acababa el rédito para los restos. Y cualquier cosa que saliese mal, bronca que te crió. Teníamos que hacer ensayos de vestes para cada misa, ahí es naaaaa. Siguiendo las reglas litúrgicas del mismísimo Vaticano.

En definitiva, que lo poco que quedaba de tiempo era para estudiar, claro, cómo te vas a acordar de tu familia, si no puedes llamarles. Con eso de que éramos pobres y con la excusa de que no teníamos un duro, (euros ahora), éramos todos engañados para no poder llamar a nuestras casas, no había internet, no había móviles, como tampoco tenías tiempo para ir a visitarles, solo te quedaba la opción de escribirles cartas, que eran convenientemente controladas por el jefecillo de turno y lógicamente los residentes en la misma ciudad ni se lo planteaban. Dios mío!! Cómo pudimos estar tan ciegos!! Ahora se les ha terminado el chollo. La gente se enchufa a Internet, agarra el móvil o se agarra cualquier medio de transporte y se planta en su casa en dos patás… Las redes sociales y la telefonía móvil ha deshecho el sistema opresor y captativo de la Opus, se les ha terminado el rédito y más teniendo en cuenta que las nuevas generaciones te ponen a mirar “pal Norte” a la primera de cambio.

La no sumisión del personal ha terminado con el sistema. Y eso lo pude comprobar en mis propias carnecillas con una promoción del club estupenda que no pitaba ni tarzán de los monos. Y uno pensaba ¿seré yo?... Después de 10 años formándoles, haciendo cientos de excursiones y planes… y na de na… Ahora se entiende todo mucho más.

Otro punto, a favor o en contra según se mire, es que las nuevas generaciones lo tienen todo, comparado con nosotros que no teníamos ni “pa pipas”… A estas nuevas gentes no les enganchas con baratijas, necesitan algo mucho más serio para llevártelos de calle. Una vez inoculado el virus dentro del cerebelo, el de “ya no tienes nada más que hacer en tu vida que la Opus”, ya te puedes ir al mundo entero porque con el AUTOCONTROL, el CHARLACONTROL y el CURACONTROL, diario y semanal, ya solo nos queda reafirmar cada semanita con el círculo, la meditación y la charla, para que te quedes totalmente OPUSEÍDO como ya vimos, “fuera de la Opus no hay salvación”. Y, por supuesto, el que dice, no hay mejor sitio para vivir y para morir, jaaaa, me río yo de esta gente sin escrúpulos y sin cariño, ¿cómo voy yo a no tener ahora ningún amigo dentro después de 30 años si eso fuera cierto? (Sólo algún super que otro). Pero eso sí, si haces alguna cosita rarita te hacemos una corrección fraternal y lo paramos todo de raíz.

El control tipo “comisario político”, todo el mundo controla a todo el mundo, esa es la mejor manera para que nadie se desmadre… Y si son unos cuantos, se desmantela el centro en un momentito y mandamos a un perro de presa para que no haya más descontrol. Todo está escrito, norma 3.001; si alguna vez un centro tuviese un conato de rebelión… todos a la p. calle!! Y volvemos a empezar. Esto pasó en un centro, en el que se quedó solo el director y el cura. Se fue de allí hasta el apuntador. (Podría decir el nombre del centro y de los que se fueron por si alguien lo quiere poner en duda). El subdirector, el secretario, y unos 5 ó 6 residentes. Fue una bomba pero no se enteró nadie, yo me di cuenta años después. Una más de las muchísimas curiosidades de la cosita.

Lo único importante es que todo siga igual, que parezca que todo está bien, que nadie llegue a notar que haya podido ocurrir algo. Y, eso sí, si estuviste en la Opus, tienes dos opciones o volver compungido con las orejas gachas y dándote golpes en el pecho porque eres un pecadorrrr o te tienes que ir lejos con viento fresco y no aparecer por lugares en los que haya gente que te pueda reconocer y dé qué hablar a otros…

Pepgrass

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