Reconciliación con Class.- Dionisio
Fecha Monday, 16 May 2016
Tema 010. Testimonios


Querido Class:

No era mi intención dejarte a la altura del betún. Sería imposible cuando soy tu más fiel lector. Estoy de acuerdo contigo en casi todo, y el casi va solamente como signo de moderación para no lucir como fanático. Discúlpame si te he molestado con lo que escribí.

Estar de acuerdo en que hay otros (los más oscuros entre los oscuros) que lo hacen mucho peor no es problema. No los conozco, pero supongo que si tú lo dices seguramente será así.

Con los colegios del lado oscuro pasa algo muy interesante. Yo he visto como cambiaba un colegio cuando los directores decidían que tenía que pitar más gente y ponían al frente a un prelatusaurio feroz. Era brutal. O lo recíproco, también he visto como cambiaba todo cuando se iba de la dirección de un colegio un prelatusaurio. Eso nos da una idea sobre las diferentes experiencias personales que pueden tener las personas tras su paso por un colegio del lado oscuro.

Incluso hasta los más rebotados de la “educación” dark tienen buenos recuerdos de su paso por aquella etapa. Faltaría más. Con catorce añitos, ganas de hacer el gamberro y rodeado de otros cien más en tu misma situación te lo pasas bien aunque estés en el orfanato de Oliver Twist. Todavía me acuerdo de las convivencias en las que entre dos “mayores” y un cura tratábamos de controlar una veintena de adolescentes con ganas de volvernos locos toda la noche. Estoy seguro de que se lo pasaban bomba.

Es natural que tú y yo, como muchos otros, guardemos en nuestra memoria una irrepetible mezcla de recuerdos en donde no faltan los buenos y aún los excelentes. Eso no es un mérito del lado oscuro. Si hubiéramos dedicado esos años a la Legión Extranjera o a Médicos sin Fronteras, tendríamos igualmente malos recuerdos, pero seguramente muchos más del tipo agradable.

Yo respeto a todos los que me encontré allí. Las personas somos así. En las mejores familias hay una oveja negra y hasta a Jesús le falló uno de los Doce. Sin embargo, le doy una gran responsabilidad a la institución, a todas y, por supuesto, al lado oscuro. Una buena organización hace que los que son buenos sean mejores, que los del montón sean realmente buenos, que los flojitos se porten bien muchas veces y que los malvados, que los hay, quieran irse, tengan más difícil hacer sus maldades y más fácil cambiar su negatividad. Una mala organización hace que los buenos quieran salir corriendo, que los del montón estén desorientados, los tibios se porten mal y los malvados florezcan. Ya me dirás cuál crees que es el lado oscuro.

Cuando en una organización los comportamientos miserables son tolerados y hasta recomendados, nunca faltarán los que tengan una conducta miserable aunque ellos no lo sean. En otro tipo de organización no habrían hecho esas cosas. Los seres humanos somos así. Ya está muy estudiado.

Volviendo a los colegios, está claro que te podrás encontrar excepciones. Muchísimas, pero siempre excepciones, ya que el lado oscuro, por naturaleza solo busca su propio beneficio. Te voy a contar una de esas excepciones, porque no la he podido olvidar después de tantos años. El numerarito recién salido del centro de estudios llega a su primer destino. Un colegio. Ni es profesor, ni tiene formación de profesor, pero eso da igual, a lo que va es a conseguir vocaciones, a cazar niños de catorce años, a saco. Le asignan la tarea de tutor de un curso de esa edad. Cuando le ponen al corriente de los antecedentes de cada chico, le mencionan a uno que es candidato a la expulsión. Un chaval por el que nadie daba un real. Era listo, pero rebelde. Su madre se había suicidado años antes. Su padre trabajaba y no estaba en condiciones de controlar al crío. Obviamente, un personaje así no iba a pitar nunca, por lo tanto, no valía la pena gastar tiempo con él. Cuando el numerarito conoció al personaje se dio cuenta que no defraudaba el diagnóstico previo. Era un cabroncete con potencial de convertirse en carne de tribunal de menores y luego de mayores. Sin embargo, contra todos los consejos y advertencias, el numerarito le dedicó una atención especial, la que merecía el caso, no menos. Y el muy bestia consiguió que el chaval dejara de ser candidato a la expulsión y se reintegrara en el mundo de los otros chicos, llegando a sacar buenas notas. El prelatusaurio a cargo del colegio era uno de la peor especie. Hizo todo lo que pudo para que el numerarito no perdiera el tiempo con alguien que no pitaría nunca, pero fracasó. Seguramente pensaría que el fracasado era el numerarito. No creo que te asombres si te digo que el numerarito se fue hace rato del lado oscuro.

Pues seguro que muchos pueden contar historias muy interesantes de como a veces gente del lado oscuro se ha comportado como si no fuera del lado oscuro. Sin embargo, eso no vuelve menos oscura a la organización. Cuando la organización que promueve los colegios no tiene una vocación para la santificación de la docencia, como la tuvo San José de Calasanz, sino lo que tiene es interés de pescar niños, para evitar la extinción de los prelatusaurios, la cosa ya está torcida y corrupta desde la base. Yo no creo que gente que miente hasta innecesariamente pueda hacer una educación decente. En el mejor de los casos, da una instrucción aceptable, pero con riesgos de contaminación. Porque cuando una mente infantil está aprendiendo geografía por medio de un maestro cínico, manipulador o amargado va a acabar aprendiendo algo más que geografía y eso no va a ser bueno. Y los colegios del lado oscuro están llenos de gente así. Relee a Satur. Yo también los he visto.

Es muy sencillo de entender. El colegio del lado oscuro contrata a un profesor majete. Al tío le caen a saco para que vaya a retiros, convivencias, charlas, meditaciones, dirección espiritual y todo el pack completo. Si no es tonto se va a dar cuenta rápidamente de que o entra por donde le dicen o va a quedar marginado. Si se queda marginado va a ver como otros que entraron después que él y no saben hacer la o con un canuto progresan porque son parte de “ellos”y él está más quemao que Juana de Arco. Ese no es el maestro que yo quiero en el aula con mis niños, aunque no sea un prelatusaurio voraz. De esos los hay a miles. Si en lugar de estancarse, el tío, que es listo, se da cuenta que tiene que seguir la corriente, e incluso llega a pitar, lo que vamos a tener es a un maestro acomodaticio, que sabe los trucos para promocionarse y hacer la pelota. Esa personalidad tampoco quiero que entre en el aula a enseñar geografía. De esos los hay a miles.

En fin, muchas palabras para decirte solamente que lo siento si te he molestado. Que te debo una cerveza, que me gustaría pagártela antes de que nos las sirvan las valkirias en Valhalla. Y que GRACIAS A DIOS NOS FUIMOS.

Un abrazo.

Dionisio, el Areopagita.









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