Hola:
a propósito de Francisco el papa argentino, no conozco la política argentina, con la española me basta y me sobra, en eso no me meto.
Mi opinión de ex opus es que hemos mejorado notablemente. Quizás Francisco no puede hacer todo lo que le gustaría, pero ha enviado, nos ha enviado señales a los creyentes que al menos reconfortan. En primer lugar estimo sus gestos de "desacralización" de la persona del papa, no estábamos acostumbrados a ver a un romano pontífice pagando la cuenta de un hotel. En segundo lugar su inteligencia al haber comprendido que el terzo piano, los apartamentos papales, eran una jaula de oro y un responsable religioso de una iglesia mastodonte como la católica no puede estar encerrado y rodeado de cortesanos que le cortan el hilo directo con la base.
Me emocionó y agradó especialmente verlo comer en el self service del Vaticano como uno más con los empleados en traje de faena, se ha sentado en otros comedores con mantel de cuadros y vajilla Duralex. Cuando pienso que la vajilla de las numerarias auxiliares era Duralex mientras la de las numerarias porcelana fina... y tantas otras Delikatesen absurdas que amaba nuestro santo fundador... estimo que los de Francisco son gestos muy valiosos.
Aplaudo su decisión de acoger refugiados sirios, de ir al encuentro de los inmigrantes en Lampedusa, de predicar cada día en una sencilla misa como un párroco cualquiera en cualquier barrio de mundo.
Desde que ha llegado él se ha dejado de perseguir a los "poco ortodoxos", el evangelio no va de ortodoxias, va de dar de comer al hambriento, vestir al desnudo...etc.
Lo grande que hay en el Vaticano no son los tesoros artísticos acumulados por los papas durante siglos, lo más grande es la fe de la gente sencilla, de los peregrinos que acuden con auténtica emoción religiosa y se pasean por allí sin que se les haga gran caso por ser gente mayor, enferma a veces, corriente, no bella, ni rica, ni socialmente brillante.
Estuve hace poco en Roma de visita y esa fue la lección que saqué de este viaje, los anteriores los había hecho siendo numeraria "con hambre de mies" en un UNIV, el stress de estar todo el tiempo con el proselitismo dichoso no te dejaba disfrutar de las maravillas romanas.
¡Qué viaje tan diferente he hecho en esta ocasión! éramos un grupo más de peregrinos, no unos peregrinos especiales por ser hijos de nuestro santo fundador con una misión especial.
Es muy bonito "ser vulgar", ser como todos, porque además es la pura verdad. Y me agrada enormemente ver a este papa moverse con naturalidad entre la gente, agarrar el micrófono y contestar a los periodistas en el avión sin más protocolo. Por otra parte aunque no dice "Opus Dei" ni los "ataca" directamente, no puede hacerlo, los que alguna vez estuvimos allá dentro hemos recibido más de un mensaje subliminal, como aquella vez que dijo lo de "numerario de esta secta".
En resumen, con Francisco ha habido una distensión y un deshielo muy de agradecer en la iglesia. Espero que no haya marcha atrás y que los siguientes pontífices sigan conectados a la realidad cotidiana, que es donde está lo sagrado, en la gente pequeña e insignificante.
Ana Azanza
