Ingresó nuevamente un mensaje al “messenger” (texto adaptado para no revelar la identidad de la persona que acaba de abandonar el Opus):

• Numerario: ¿Estás allí?
• Yo: Sí ¿Estás bien?, ¿Pudiste hablar con tus padres de tu pertenencia al Opus y que te están acosando para perseverar en la “vocación”?
• Numerario: Sí. Fue una larga charla. Ya entienden por qué desde los 14 comencé a separarme de la familia, a dejar de ir con ellos de vacaciones en los veranos, a separarme de mis amigas de colegio, al salir temprano de casa y retornar entrada la noche, de las medicinas que me han recomendado para calmar mi ansiedad y tristeza… hasta les mostré las huellas del cilicio y las disciplinas
• Yo: Vaya… Y… ¿Cómo han reaccionado?
• Numerario: Mi madre se echó a llorar al ver las cicatrices en mi muslo y mi espalda roja… mi padre enfureció por estar tomando medicinas por un médico desconocido. No ha sido fácil que entiendan por qué tenía que guardar todo esto en secreto para con ellos. También ya entienden por qué quería cambiar de carrera para irme a la Universidad de la Obra.
• Yo: ¡Pobres!... Y, mientras te has desahogado, ¿Has caído en la cuenta en cómo te ha ido manipulando la Obra?
• Numerario: Sí... ¡Dios! Cómo he cambiado… No me reconozco. Amo las artes plásticas y ahora debo estudiar educación porque “es más conveniente”
• Yo: ¿Qué acciones van a tomar?
• Numerario: Vamos a cambiar de número telefónico. Me voy a mudar por un tiempo para no toparme con ellos ni me encuentren en casa. En la última nota que dejaron bajo la puerta dicen que vendrán este fin de semana para charlar y mis padres los esperarán para echarlos. Si persisten, sentarán una denuncia.
• Yo: ¿Y tu salud? Esas pastillas para “perseverar” no las puedes dejar de tomar y ya… Tienes que ir a ver un médico para que te indique cómo desintoxicarte.
• Numerario: Sí, también hemos conversado del tema y mañana sacaremos consulta.
• Yo: No sabes el gusto que me causa saber que estás recobrando nuevamente la libertad y la confianza en otras personas que no sean de la Obra
• Numerario: ¡Pobre mi amigo agregado!
• Yo: ¿Amigo?, ¿Qué sabes de ese supuesto amigo?
• Numerario: su nombre y profesión… Ahora que lo pienso… no sé nada más de él
• Yo: ¿Te das cuenta? El Opus Dei está pensado – o creado por “Dios” - para que no existan vínculos entre ninguno de sus miembros que no sean estrictamente los relacionados con la Obra. Es por eso que la “amistad particular” está prohibida
• Numerario: Y ahora, ¿Qué va a suceder?
• Yo: las conductas sectarias son muy predecibles. Irán a tu casa, tus padres los echarán a la mala, se reunirá el Consejo Local para elaborar un informe de tu situación y enviarlo a los Directores Regionales. Si no son tontos y caen en la cuenta que pueden ser denunciados tendrán que informar a Roma que tu caso está cerrado y debes quedar fuera del sistema opusino
• Numerario: ¿Fuera del sistema opusino?
• Yo: Sí. Pasas a “dejar de existir”. Todo lo relacionado contigo se archiva y, si hay alguna “Crónica” donde se te mencione o aparezca tu foto, se imprimirá de nueva esa página para ser reemplazada
• Numerario: ¡Dios!, ¡Qué locura!

Nicanor Wong

nicanor.wong@outlook.com

Perú