La piedra filosofal.- Orange
Fecha Friday, 12 August 2016
Tema 060. Libertad, coacción, control


Escriba tuvo la ocurrencia de decir (y los directores la repiten continuamente como papagayos), que si un miembro del Opus Dei está a punto de descubrir la piedra filosofal, y los directores le dicen que debe irse a otro país o comenzar cualquier otra tarea de la Obra y dejar inacabado el descubrimiento de la filosofal piedra, el buen espíritu exige (para ser fiel a la Obra y a la voluntad de Dios) , obedecer lo que le han mandado de forma inmediata.

Pues bien, imaginemos un ejemplo concreto : supongamos que un miembro del Opus Dei , científico de profesión, está a punto de descubrir un fármaco que va a curar definitivamente el cáncer y, como consecuencia, además de salvar la vida de millones de personas, le van a dar seguramente el premio Nobel de Medicina. Y estando en estas, lo llama un tronco de la Comisión y le suelta que tiene que irse con urgencia a Bratislava para dar allí círculos a chavales de San Rafael y organizarles convivencias en las montañas eslavas a ver si así pita alguien de una vez, porque algún gerifalte del Consejo ha dicho desde Roma que al Padre se le ha ocurrido (y por tanto es la Voluntad de Dios), que es vital que ese miembro apoye la labor de San Rafael en Eslovaquia.

La pregunta del millón: ¿Qué debe hacer ese miembro del Opus ? Pues según el Opus, ante el mandato opusino/divino, debe tomar el primer avión para Bratislava con los guiones de los círculos y el plan de convivencias de San Rafael en la maleta y olvidarse drásticamente de la curación de los enfermos de cáncer y del premio Nobel.

Si esa misma pregunta se la hiciéramos a las primeras 1.000 personas normales que nos encontrásemos andando por las calles, creo que unas 980 opinarían que ese tío debería dedicarse a conseguir cuanto antes ese fármaco para curar el cáncer y las otras 20 (las correspondientes al 2% de cabezas piradas que transitan por las calles y plazas con apariencia normal), dirían que se debería ir a Bratislava.

De modo que la peculiar ocurrencia de la piedra filosofal es uno de los muchos ejemplos del rudimentario nivel pastoral e intelectual de los argumentos que usaba Escriba (y que sus secuaces siguen usando), para mantener a flote la obediencia de su peña . Y a fe mía que los y las componentes de la peña (los pocos y las pocas que todavía no se han dado el piro), entraban y entran por el aro sin rechistar. A esta peña le encanta comportarse siempre como aquel famoso y pastoril "tan buen ganadico y mas en tal valle, placer es guardalle", pues tienen efectivamente, como grupo, un comportamiento análogo al de las ovejas.

Escriba dice por un lado que hay que acabar perfectamente bien el trabajo profesional para ofrecerlo a Dios, siendo ese el lugar especifico que el carisma fundacional ha previsto para conseguir la santificación y es el lugar ordinario de la acción apostólica y proselitista. Sin embargo, por otro lado Escriba también dice alegremente que está muy bien el abandonar las responsabilidades del trabajo profesional, dejándolo inacabado e imperfecto y la labor apostólica intrínsecamente ligada a él ,si lo manda un director, el cual está transmitiendo la voluntad de Dios... la voluntad del mismo Dios que según el mismo Escriba es que la vocación no mueve a nadie de su sitio y es la santificación trabajo ordinario profesional bien hecho con su inherente labor apostólica...

Ante esa pasmosa y radical contradicción, para un escribariano solo caben dos caminos:

1) No usar la facultad de pensar que Dios le ha dado. El Opus le aconseja reprimirla al máximo pues así se practica la humildad ya que el usarla seria actitud soberbia e inicio de descamino. Pero el sentido común más simple y elemental, del que el Opus carece, dice que las cosas que Dios nos da son para que las usemos. No nos da una boca para no comer ni hablar, unas manos para no tocar, una nariz para no oler, una libertad para no tomar decisiones, unos pies para no caminar, etc. Esto es vivir en la locura.

2) Largarse rápidamente del Opus antes de caer en la esquizofrenia o el suicidio.

Y sin embargo yo, que ahora me río tanto de esta y de tantas otras infumables majaderías del Opus, confieso que en mis años mozos lo de la piedra filosofal me dejaba fascinado, embobado, como flipando. Y estaba seguro de que era una sublime inspiración, llena de santísima e inefable sabiduría proveniente directamente de la divinidad.

En fin, en fin; nunca termino de asombrarme de lo rematadamente necio e imbécil que fui durante tantos años. A veces pienso que con este tipo de dislates, que prueban una vez más la naturaleza infinita de la estupidez humana, quizá Dios se divierta más que algunos seres humanos jugando al Pokemon Go.

Orange.   









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=24134