Adiós a Carmen Tapia.- puntoycoma
Fecha Monday, 12 September 2016
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Queridos todos,

Precisamente la semana pasada, al hilo de la relectura de “Tras el umbral”, me entró la duda de si Carmen Tapia habría fallecido ya, para rezar por ella y también por un poco de curiosidad acerca de cómo habría pasado estos últimos años. Busqué por internet y no encontré nada.

Leo ahora la noticia que nos transmite Agustina (gracias Agustina) y siento tristeza. Tristeza de no haber conocido a esta mujer fuerte y admirable y de no haber podido agradecerle personalmente lo mucho que me ayudó, sin saberlo, en mi particular “recomposición de la crisma”. Gracias a ella pude redimensionar la importancia del fundador, a quien nunca pude tener auténtica devoción (algo hay en él que hasta las hagiografías consiguen que su figura produzca una especie de rechazo), pero a quien durante años tuve que rendir culto de hiperdulía a fuerza de brazos.

Carmen Tapia se enfrentó casi en solitario al Opus Dei en la época de su máximo esplendor y poder (eclesiástico, político y financiero). Y lo hizo como un niño ante los tanques de una división acorazada: con una fe sincera y sin otra arma que la verdad, la Verdad que hace libres.

Tal vez por eso el Opus jamás encajó su testimonio. El Opus se relame cuando da su testimonio un “ex” que ha apostatado, o que ha colgado la sotana, o que es un tipo raro (como puedo ser yo), o que se ha vuelto “heterodoxo”. Esos testimonios, por negativos que sean, son vueltas de tuerca a la buena imagen de la institución ante determinados círculos eclesiásticos. En cambio el testimonio de una persona como Carmen Tapia se le hace intolerable. De ahí las persecuciones y las calumnias (siempre en torno al sexto mandamiento), que descubren el rostro infernal que se esconde tras la sonrisa eunucoide y la Luxindex de cuero.

En los últimos años las terminales propagandísticas opusinas difundieron la vil mentira de que, tras la beatificación de monseñor Escrivá, Carmen Tapia se había retractado de todo lo que había dicho en su libro. Gracias a Opuslibros sabemos que no es cierto (¡hay tantas cosas que el mundo sabe gracias exclusivamente a Opuslibros…!)

En fin, querida Carmen, gracias por todo. Que Dios te acoja en su misericordia y, cuando estés a su lado, no te olvides de nosotros, los “daños colaterales” de la diamantina trayectoria del Opus Dei en el firmamento eclesiástico, los que aún estamos rotos por dentro y por fuera después de tantos años “tras el umbral”.

puntoycoma









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