Querido Isidro,
Como tratamos entre personas adultas, yo no voy a decirle a un padre de familia qué debe hacer con respecto a lo que planteas. Permíteme sin embargo describirte mi experiencia:
- Mi padre se empeñó en meterme en un colegio del Opus Dei desde los 3 años.
- La educación pésima. La captación comienza a los 9 años, edad en la que las alumnas en España empiezan a ir al club. Colegio y club tienen el mismo objetivo. Recuerda que a los colegios los llaman “semilleros de vocaciones”.
- Mis padres me prohibieron ir al club y acabé pisándolo sin su consentimiento, mintiendo y a escondidas con 13 años. La labor de captación ya estaba hecha, y fue en el colegio.
- Ellas me indicaron que mentir no estaba mal, pues muchas amigas tenían novio sin que los padres lo supieran.
- Pité (me hice del Opus Dei) en el colegio escribiendo una carta a los 15 años.
- Mentí sistemáticamente hasta los 18. Supuso mucha tensión.
- Con 18 lo conté todo y a la semana me fui de casa a un centro. Toda una infancia engañando, no me lo perdonaré jamás.
- A los dos días de pitar, sentí un remordimiento brutal y les dije que rompieran la carta. Esto nunca sucedió.
- Con 23 años quise salir. Insistí mucho… no hubo forma, me convencieron.
- Con 24 enfermé. El trato fue deplorable. Creo que hubo malos tratos por parte de una directora.
- Con 25 me despidieron como al trabajador al que la empresa ya no considera útil.
- Pocos años, muchas secuelas y mucho dolor.
Hoy concluyo que jamás debí pisar aquel colegio y que mi padre tuvo mucha culpa. Antes la persona que la educación en un ambiente elitista.
Suerte
Andrómeda