Tres comentarios.- Serendipia
Fecha Monday, 05 December 2016
Tema 010. Testimonios


¡Hola a todos!

Ahora que leía las dudas de Rufo, solo quiero expresarle que tras mi salida de la prelatura, con más de 20 años dentro, sigo manteniendo la Fe, pero ahora es más madura, más firme, ya no es tan infantiloide. Yo me vi sorprendida por sacerdotes de distintas órdenes (franciscanos, jesuitas y dominicos) así como diocesanos, por los libros doctrinales y espirituales que suelen aconsejar en sus retiros o en la Confesión, fueron para una mayor solidez en mi vida cristiana. De verdad que estos libros me abrieron grandes horizontes en mi vida de Fe, de Esperanza y de Caridad. No sólo los libros, también los consejos y argumentaciones de mayor apertura y profundidad que puedes tener con estos sacerdotes, que sí están en el mundo.  Yo tampoco creo que toda la gente de la Prelatura sea “mala”, es más bien la forma de vida que llegas a tener  y tarde o temprano te das cuenta del daño que te haces y puedes hacer a los demás. Se ha dicho por aquí, al menos en mi País, que solo persevera un 10% de los miembros de la Opus Dei. La mayoría se va decepcionado y con mucho por rehacerse a sí mismos, volver a la propia familia y recuperar amigos (porque te dejas a ti mismo, a tu familia y a tus amigos cuando eres numerari@ o agregad@). Tengo bastantes conocidos exopus que expresan estas dificultades ante su salida de lo que hoy considero una secta.

En los escritos recomendados de Agustina, coincido con Simplicio: no me consta alguna iniciativa para indigentes de las que comenta el Prelado en su carta de julio de 2014, y soy de un país tercermundista. Jamás conocí ni escuché de alguna. Solo recuerdo las“visitas de pobres”,  les llevaban algunos dulces y muchas estampitas del fundador, y los dulces los compraban las “amigas” de la miembro del Opus que coordinaba estas visitas. Si tú, de manera personal, querías ayudar a alguien que viviera en la pobreza, cómo mucha gente que no es Opus lo hace, te indicaban que pidieras dinero y tiempo a tus conocidos, y bueno llevábamos cobijas y cenas navideñas o despensas, pero lo pagaban gente buena que siempre apoya estas causas, no la prelatura ni sus miembros. Creo que más que llevar a cabo obras para indigentes, la Obra te deja indigente.

Algo que me ha llamado la atención, ahora desde “fuera”, es ese extraño modo de asignar a diversas situaciones que te sucedían en fechas conmemorativas para la Opus, como “ser muy de casa”, muy de la familia. Por ejemplo, me platicaba con mucha euforia una amiga, que es miembro de la prelatura, cómo consiguió un piso de renta el día de la ordenación de Don Álvaro, o cómo firmó contrato laboral el día del viaje del fundador a Roma (lo del barquito). Y cosas así. Y recordé algunos episodios fabulosos en mi vida en que me preguntaba la directora: “y, ¿en qué fecha fue?”. Hoy lo veo tan… supersticioso. Tan raro. Nos suceden tantas cosas el día del cumpleaños de la abuela (la de verdad = la de sangre), o el día del bautizo del súper tío (de sangre), o el día en que se le cayó el primer diente al sobrino más peque, del día del complicado viaje de papá por trabajo a otra ciudad, y no lo vemos como cosas “tan sobrenaturales”, o de ligar éstas fechas a eventos ordinarios como ser “muy de casa”. Curioso.

Saludos a todos,

Serendipia









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