La psicología en el Opus Dei.- Josef Knecht
Fecha Monday, 20 February 2017
Tema 105. Psiquiatría: problemas y praxis


Varias veces, en mis intervenciones en esta página web, he incidido en cuestiones de psicología (por ejemplo, sugiriendo de estudiar el “psicograma” del numerario escrivariano: 14.01.2013 y 7.10.2013), con el fin de entender mejor los entresijos, siempre complicados, de la Obra de Escrivá. Hoy vuelvo a tratar aquí de este tema centrándome en precisar qué valor daba Escrivá y qué valor dan los directores del Opus a la psicología, esto es, al estudio científico de la mente humana.

 

Llama mucho la atención que en la Universidad de Navarra y en otras obras corporativas del Opus de rango universitario no exista Facultad de Psicología. Según el espíritu de la Obra, hay que santificar las realidades del mundo mediante el trabajo profesional e infundir sentido cristiano a las más diversas facetas de la vida humana. Precisamente por eso sería razonable que el Opus se plantease cristianizar a fondo el ámbito de la psicología tanto a nivel científico-universitario como a nivel práctico-pastoral, en atención a la relevancia que el estudio de la mente humana tiene para solucionar conflictos morales en el ámbito personal y en el social. Pero me da la impresión de que los dirigentes del Opus más bien dejan de lado la psicología, cosa que me causa perplejidad, y me pregunto por qué.

 

Bien es cierto que en la cuarta planta de la Clínica Universitaria de Pamplona trabajan numerarios del Opus como médicos psiquiatras que tratan las enfermedades mentales de los pacientes, entre los que abundan miembros de la Obra. También es cierto que algunos supernumerarios son psiquiatras, como Enrique Rojas, de quien, por cierto, Isabel Caballero nos dio información. No puedo dejar de mencionar al numerario Aquilino Polaino, psiquiatra de todos conocido. Tal vez podrían añadirse otros ejemplos que a primera vista parecieran contradecir mi tesis, pero en realidad no la contradicen. Es normal que algunos psicólogos, formados en Universidades distintas a la de Navarra, ingresen en el Opus como supernumerarios o numerarios: sería absurdo no admitirlos por ese motivo. También es normal que, si algunos o bastantes miembros del Opus padecen trastornos mentales, sean atendidos por médicos de confianza de la institución. Pero estos hechos, que se imponen por la dura realidad de la vida (la tendencia humana a contraer enfermedades y la consiguiente obligación de sanarlas), no niegan el llamativo desinterés de Escrivá y de los directores del Opus por profundizar en el conocimiento científico de la mente humana.

 

He mencionado a los psiquiatras de la cuarta planta de la Clínica Universitaria de Pamplona y quisiera ahora reflexionar sobre la técnica o praxis médica que aplican para intentar curar a sus enfermos. A partir de los muchos testimonios, aparecidos en esta web y en otros relatos autobiográficos, de diversos ex miembros del Opus que padecieron ese tipo de enfermedades, he llegado a la conclusión de que la terapia adoptada por los psiquiatras escrivarianos de Pamplona (y de otros lugares) se limita a prescribir medicación, es decir, pastillas o píldoras a los pacientes de depresión y de otras dolencias. Esos médicos confían la resolución de la patología tan sólo a la eficacia química del “empastillamiento” y no pasan a adentrarse en la interioridad espiritual del enfermo; no indagan en su mundo interior buscando ahí posibles causas psíquicas del desequilibrio mental. ¿Cuál es la causa de las enfermedades psíquicas según el criterio de esos médicos?: sola y exclusivamente el desorden químico del cerebro, el cual se recompondrá mediante una terapia sola y exclusivamente química, confiando en que las pastillas vuelvan a poner la mente en equilibrio. Para esos doctores la etiología de las patologías mentales no se encuentra en el espíritu humano cuando es afectado por presiones psicológicas insoportables para la persona; la causa es solamente material, es decir, un desorden de humores en el cerebro.

 

Se da también la circunstancia de que los enfermos mentales del Opus tienen su director espiritual. ¿Qué papel desempeña este director de almas en la sanación de la enfermedad? Su función es la de animar al enfermo a que sea dócil al tratamiento marcado por los psiquiatras. Tanto los directores espirituales del Opus como los psiquiatras de esa institución opinan, como he indicado anteriormente, que la única causa de las depresiones y otras enfermedades mentales es meramente química (desequilibrio de los humores del cerebro). Por eso, los psiquiatras no se adentran en la vida interior del enfermo, tarea ésta que se reserva al director espiritual; es más, están obligados a respetar –sin interferir ni corregir de ninguna manera– las indicaciones del director espiritual, pues en ellas no radica el origen del trastorno. El director espiritual considera que una enfermedad mental jamás se contrae a raíz de la presión psicológica que el Opus ejerce sobre el afectado, pues, insisto, sólo ha sido causada por un desorden de las sustancias químicas del cerebro, de ahí que el director espiritual anime al enfermo a soportar con resignación la enfermedad como una cruz, a la espera de que las pastillas causen efecto y recompongan el orden en el cerebro. Nadie ha de insinuar que la causa del trastorno mental sea psíquica, anímica o espiritual.

 

Sobre la base de este modo de pensar y de proceder, se entiende que tanto Escrivá como sus seguidores desestimen la ciencia psicológica. Para ellos esta rama del saber no tiene en el fondo razón de ser, pues, según su cosmovisión, la etiología de las enfermedades mentales no es nunca de tipo psíquico. Se entiende muy bien por qué no existen Facultades de Psicología en las obras corporativas de rango universitario promovidas por la Obra de Escrivá.

 

A veces he llegado a pensar que, en realidad, no era desprecio lo que Escrivá sentía por la psicología, sino más bien miedo y reparo, porque entreveía que, a través de la ciencia psicológica, podrían descubrirse los defectos de su personalidad y de la institución por él fundada (como, por ejemplo, realizó magistralmente Marcus Tank en su estudio El trastorno narcisista de la personalidad del fundador del Opus Dei). Y así se explican el desinterés de Escrivá por el estudio científico de la mente humana y el papel secundario que la psicología ocupa en el apostolado del Opus Dei: cuanto más lejos de ella, tanto mejor para la estabilidad de la institución… y, por desgracia, tanto peor para la salud de los enfermos.

 

Josef Knecht









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