La impronta.- Madurez
Fecha Wednesday, 05 April 2017
Tema 040. Después de marcharse


He leído el escrito de Astrid y me ha dado en qué pensar.

Mira, tenemos la impronta de lo que fuimos y vivimos unos más y otros menos. Es como el que ha ejercido una profesión o actividad y quedan los modos y maneras. El torero retirado tiene un aire, el militar retirado también, el bombero, el médico... A nosotros se nos enseñó a disimular, mentir, oír pero no escuchar y en el caso de escuchar elegir lo que convenía. Y manipular, manipular como nadie. Todo por voluntad divina y ad mentem Patris.

Cuando nos decidimos a largarnos muchos actuamos así, por eso no pudieron retenernos y les dejamos con un palmo de narices. Es la canción de Alejandro Sanz, El aprendiz, "has sido tú..." Algunos salimos maestros, más maestros que el maestro. Y no pudieron ni retenernos, ni asustarnos ni coaccionarnos. Mira Astrid, el sacrosanto Fundador usaba una expresión tremenda, "Conceder, sin ceder y con ánimo de recuperar". Maquiavelo en estado puro. Así enfoqué mi salida y chao chao. Pero queda la impronta.

A mí no me pasa como a tu marido, tengo sentimientos. Lo que pasa es que mi mujer a veces, en determinadas situaciones y con determinadas personas que van de aquella manera me dice: "eres un manipulador". Lo soy, sé serlo y cuando ha sido necesario he sacado de la caja fuerte las armas que tengo guardadas. Me ha sido útil a veces, repito. Un ejemplo. He sido director en un instituto, por mi despacho han pasado muchos y con muchas problemáticas. No me la dan. Sacas el chip director de un centro y oyes y escuchas lo que conviene, no entras al choque, concedes pero no cedes, sabes poner buena cara y cara de interés. Y manipulas. Nunca un director va al choque, oye, oye, se queda con lo que conviene y da largas cambiadas que ríete de Antoñete o Belmonte. Y haces que empatizas, no te implicas, sabes ser más que correcto. Y cuando conviene actúas como tenías previsto. Sin emoción, si el que te incordia va a por ti tú vas por él, sabes leer las caras. Y si puedes hacer algo por él porque te conviene lo haces.

No se puede ser así siempre, serías un monstruo. Pero tienes la impronta, tienes el gen del sicario, del mercenario, del killer. Y raramente quedas mal. Y toreas al facha al sociata, al podemita, al ecológico, al soñador, al pelota, al Lucero del Alba. Lo llevamos dentro, es un arma letal. Nunca cedemos, hacemos que cedemos. Y recuperamos. Vaya que sí. Pero todo esto si es necesario. ¿Sabes que me dijo una vez en petit comité un altísimo cargo público, numerario? "Finge, disimula, estúdialo todo, alábalo todo, no te fíes de nadie". Escrivá en estado puro.

Algo te he explicado, Astrid, no soy así normalmente, tengo sentimientos y soy afectivo y empatizo. Pero como en las pelis de viejos killers retirados, si hace falta voy a la caja fuerte del garaje y saco las armas. Un beso,

Madurez 









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