Hablar de cambios.- Supo
Fecha Friday, 05 May 2017
Tema 100. Aspectos sociológicos


Queridos todos:

El último texto de Gervasio me ha parecido muy interesante. Y me ha sugerido contar la siguiente anécdota. Él ha comentado que hablar de cambios en el Opus Dei es poco menos que mencionar al diablo. La siguiente anécdota lo demuestra. Estábamos realizando el centro de estudios en Aralar. Es un sitio importante, un West Point le decíamos en aquella época.

La entrada de Aralar tiene un pequeño habitáculo, en el que está la ventanilla de la persona que atiende la portería y el teléfono. Si uno lo atraviesa, está en el gran recibidor. A su derecha, el oratorio (nunca supe por qué no se llama capilla, si alguien lo sabe y lo puede decir...). De frente hay un pasillo que lleva tanto a la dirección como al colegio mayor propiamente: la sala de estar, las escaleras de acceso a las habitaciones y el acceso al comedor (en este caso es mejor que llamarlo refectorio). El pasillo es un lugar de paso, sin la menor decoración: unos pocos cuadros y alguna lámpara.

Un día alguien tuvo la feliz idea de colocar una mesa alta y estrecha pegada a la pared. He olvidado si encima había algo como unas fotografías enmarcadas o un cenicero o un jarrón con flores.

Los que vivíamos allí lo vimos y nos pareció normal. Es decir, cada uno tendría su propia idea estética/práctica sobre ese nuevo mueble, aunque por supuesto no se habló de ello más allá de un "mira, tú, una mesa auxiliar nueva".

A los pocos días, desapareció. La justificación que escuché fue tan triste como lo que sigue: "De la Delegación han dicho que ni hablar de cambiar un sitio por el que había pasado el fundador".

No sé cómo están las casas fundacionales de la Compañía de Jesús, esos "eternos enemigos" (y mira que los hay majos... y petardos... como en la Obra, que hay majos y petardos), pero desde luego pasados 400 años de la muerte de san Ignacio nadie se planteará cómo estaba eso hace 400 años, pero es que ni con 40 debería preocupar una cuestión tan material.

Quiero terminar agradeciendo a Novaliolapena sus escritos. Sin desmerecer a nadie, de verdad, han sido un soplo fresco por su interés para muchos de nosotros, desconocedores de tanta cuestión de la vida interna y de la gestión interna. Por favor, queremos, poco a poco, más cuestiones de estas.

Supo









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