Calidad de la dirección espiritual: pésima.- Orange
Fecha Monday, 08 May 2017
Tema 070. Costumbres y Praxis


Mucho se ha publicado en esta página sobre las serias deficiencias y faltas de respeto a la intimidad personal, que presenta la praxis de la dirección espiritual en el Opus Dei, a través de muy serios y documentados artículos, repletos de contundentes argumentos llenos de sentido común, que todos conocemos y que son vox populi dentro de la Obra y de la Iglesia.

El anterior Prelado se vio obligado en 2011 a escribir aquella taimada y vergonzosa carta donde decía que en el Opus Dei se hacía lo que en realidad no se hacía y que no se hacía lo que en realidad se hacía. Fue una carta falaz, mentirosa, publicada por Echevarría para intentar paliar, sin conseguirlo, el desprestigio que a la cúpula del Opus Dei le estaba causando en este tema la publicación de la verdad por medio de Opuslibros.

Esa carta ha sido ampliamente criticada por mucha personas, incluyendo miembros numerarios del Opus Dei que han escrito aquí recientemente (Stoner, 1-5-2017) y al fin y al cabo no ha servido de nada pues en la práctica aun no han solucionado el quid de la cuestión: separar nítidamente en la práctica la labor de gobierno de la de dirección espiritual. Y no hay voluntad real de hacerlo. Por eso creo que la famosa carta estuvo dirigida a la alta jerarquía eclesiástica, de la que Echevarría temió que pudiera intervenir en el asunto.

¿Llevará a la práctica el cambio necesario el nuevo Prelado Ocariz?..... En mi opinión no creo que se atreva. Más bien intentará usar sus influencias sobre el Papa, incluidas las de sus peones argentinos, para seguir capeando el temporal. Aparte de que está en parte aherrojado por la cúpula del Opus Dei que no quiere cambios de ninguna clase.

Aparte de los archiconocidos defectos clásicos, denunciados en tantas ocasiones, hoy quiero llamar la atención sobre otro aspecto: la mala calidad a la hora de ejercer el don de consejo y la falta de acierto y finura espiritual que los encargados de recibir las charlas tienen. Ellos se limitan a aplicar el cuadernillo consabido a todos por igual, sin tener en cuenta la personalidad, la psicología, los sentimientos, las circunstancias y las características peculiares del alma que dirigen. No lo hacen porque no las ESCUCHAN ni tienen en cuenta sus peculiaridades como PERSONAS. No consideran cada caso como único. Lo toman como un número más de una cadena de piezas de deben salir todas iguales. No se molestan en discernir lo que más conviene a esa alma en cada momento o época de su vida.

Dan consejos atreviéndose a arrogarse nada menos la facultad de que es la Voluntad del mismo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, (así lo dice el "espíritu" de la Obra y te lo tragas sin anestesia), el que se manifiesta por sus bocas, recomendando a veces minucias absurdas que darían risa si el tema no tuviera la gravedad que tiene. Ponen a sus dirigidos a luchar en ciertos temas pensando más en obligarlos a practicar las normas y costumbres de la Obra que en las verdaderas necesidades espirituales personales. No hacen un diagnóstico personal y profundo de esa alma particular. Es como si un médico se dedicara a recetar paracetamol para curar a todos sus pacientes, sin hacer previamente un diagnóstico certero de cada uno. A modo de ejemplo estrambótico podríamos decir que son capaces de decirle a un alma que luche en la tragedia de la mantequilla cuando aún no ha aprendido a perdonar las ofensas y se quedan tan frescos pensando que han transmitido la Voluntad de Dios a esa alma. Es de locos.

En mi caso particular, doy testimonio de que durante los 15 años que estuve en el Opus Dei, ninguno de los 15 o 20 directores espirituales que tuve ni ninguno de los 20 o 25 sacerdotes numerarios, salvo uno de ellos, con los que hablé y me confesé, acertaron a hacerme consciente de cuales eran mis defectos principales ni cuáles eran las virtudes en las que mi alma tenía más necesidad de crecer. Y fueron cientos de horas de conversaciones. Todos los consejos y órdenes que recibí fueron siempre estandarizados. Es como, siguiendo el símil del médico, si llega un paciente con un infarto y el médico se dedicara durante 15 años a ir quitándole pequeñas manchitas de la piel, porque las instrucciones dicen que la piel no debe tener manchitas.

Es decir, que la dirección espiritual en el Opus Dei es "profesionalmente" de bajo nivel, chapucera, realizada en muchas ocasiones con precipitación, con un gran componente sectario, superficial y a veces, negligente. Creo todo esto no es ninguna broma y que estas personas tendrán que dar cuentas estrechas a Dios sobre el particular.

Por cierto que, una vez fuera de la Obra, mi "infarto" espiritual , es decir, lo que yo profunda y prioritariamente necesitaba, me lo hizo ver un simple cura diocesano, de parroquia, de esos que no tienen doctorados en Filosofía, en Teología ni en Derecho Canónico y se pasa las mañanas en un Hospital y las tardes lidiando con niños y mamás en las catequesis y con los jóvenes de los grupos parroquiales, atendiendo a varios pueblos. Vamos, de los que el Opus Dei, en su arrogancia, considera curas de segunda categoría .Simplemente tras hablar con él largo y tendido en varias ocasiones. Como el diagnóstico estuvo bien hecho, el tratamiento dio buenos resultados. Y seguro que éste no escribe informes de conciencia para nadie sino que guarda mis confidencias en su corazón.

Orange.









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