Querido Zartan,

Muchas gracias por tu carta. Creo que no tienes nada que agradecer; de todas formas: de nada. Solo escribí lo que sentía pues me encontraba desorientada. 

Claro que siempre se puede mejorar. Es bueno escuchar otras opiniones diferentes a las de tu entorno. Tal vez yo he escrito algo y tú te has preguntado si tu esposa o tu novia o tu amiga quizá piensa similar pero no lo dice. Si ello te ha hecho pensar y has reflexionado y te has propuesto mejorar alguna cosa, pues entonces valió la pena que yo haya escrito aquí. Si es así estoy muy contenta!

Y ahora debo yo agradecer a ti tus palabras. Es muy difícil para mí entender el Opus Dei. Tus palabras me acercan un poco más. ¿Sabes qué me cuesta más comprender? Me cuesta mucho comprender cómo alguien puede pasarse tanto tiempo haciendo cosas con las que no está de acuerdo. No entiendo por qué algunos os habéis pasado muchos años allí si estabais infelices. Mi marido me dijo una vez que se pasó mucho tiempo queriendo marcharse pero no pudo hacerlo antes. Y no era solo por dinero (esto lo puedo entender). Hubo algo que lo retuvo pero no supo explicarlo (o no quiso, pues le cansa hablar de este tema conmigo). En fin, que ya no daré más vueltas a esto. Supongo que debo poner un stop y pasar otra página. Debo vivir con ello sin intentar entenderlo todo, verdad? He tomado vuestros consejos y estoy intentando ayudar a mi marido a expresar sus sentimientos con gestos y no con hechos todo el tiempo (a veces me da la impresión de que es hiperactivo). Prometo un update cuando tenga resultados más concretos, pues estoy en etapa de experimentación: - ) 

Ya os conté que a mi marido le cuesta como a ti expresar el cariño. Bueno, le cuesta mucho en general expresar todo lo que siente, no solo el cariño. Cuando está enojado tampoco lo expresa (yo lo noto porque no habla); y cuando está incómodo se muerde las uñas; y cuando está contento dibuja, etc. Esto lo he aprendido con el tiempo. Lo he observado mucho, especialmente en el último tiempo. Y lo ha notado!!!: (Hace poco me dijo: desde que te obsesionaste con el Opus Dei me estás observando como si fuera un chimpancé en el laboratorio. Él sabe que leo Opuslibros y ahora piensa que estoy obsesionada y todo lo que hace es por haber sido numerario. Por suerte lo toma a broma. Ayer me dijo “Mira que hoy no pongo azúcar al café porque no tengo ganas y no es una mortificación”. Y se sonrió, de la forma que siempre se sonríe cuando está feliz. 

Sobre hablar con otros ex numerarios: sé que cuando viaja a su ciudad se encuentra con algún amigo que también fue numerario, pero si hablan del Opus Dei no lo sé. También me sorprendió el final de tu carta: “Ojo, llegará un momento en que te cansarás tu de que hablen de cosas que no entiendes o que no entiendes porqué le dan tanta importancia o de que insistan en que tu no puedes entenderlas y tu marido tendrá que recortar ese trato con otros náufragos y protestarás por otro motivos.”Sobre todo el “… y protestarás por otro motivos.” ¿Es broma? Pues un colega argentino siempre me dice lo mismo. Dice que las mujeres siempre buscamos diferentes motivos para protestar de nuestros maridos. Y si nos quejamos de que nuestras parejas hacen algo, cuando lo dejan de hacer, buscamos otra cosa para seguir protestando. Dice que lo llevamos en los genes. En cualquier caso, creo que un poco tienes razón (pero mejor que esto último quede entre nosotros: - ))

Un fuerte abrazo,

Astrid

PD: esta carta la escribí con un corrector y una colega italiana. Si tiene errores, lo siento. Mi amiga argentina está muy liada y no quise molestarla.