¿Para qué hemos nacido?.- Daniel
Fecha Wednesday, 24 May 2017
Tema 060. Libertad, coacción, control


Querida Luciana, queridos todos:

Voy a retomar mi anécdota inconclusa del numerario que me decía que Dios es amor y yo le contesté que será amor, pero en su vida no había amor. Un tiempo después aquel convencido numerario pasó a formar parte de los ex y además casado. No conozco su vida, por lo que a pesar de lo que algunos puedan pensar, no estoy en condiciones de decirle que por fin en su vida sí hay amor. ¿Cuando pitó hizo uso de su libertad? ¿Cuando se marchó hizo uso de su libertad? ¿Actuó siempre por amor? Para hablar de libertad tenemos que hablar, primeramente de conocimiento, de verdad. Una mentira un millón de veces repetida y firmemente creída no la convierte en verdad. Cuando algo se mama desde antes de nacer, es difícil sacarlo de la conciencia, pero se puede. Si se actúa con algo infundido desde antes de nacer y no se cuestiona ni se analiza por muy estridente que resulte al cuerpo y al raciocinio, no podemos hablar de uso de la libertad, porque esta ya se ha coartado perversamente aprovechando la fragilidad de la infancia, corrompiendo la inocencia, abortando la posibilidad de una madurez hacia la plenitud del Ser.

Nuestro querido compañero Alter Alterius dice que no piensa irse. Cuando yo digo que no me lo creo... o al menos que pienso que alguna vez sí lo ha pensado... ¿lo estoy juzgando? Bueno... no lo estoy moralizando, simplemente estoy diciendo que no me lo creo. ¿Lo estoy llamando mentiroso? Uhmmmmm... qué fuerte ¿no? Lo que estoy diciendo es que está decidiendo dentro de la caja en la que encorsetaron su conciencia. Cuando yo dije a aquel numerario que en su vida no había amor ¿lo estaba llamando mentiroso? ¿Estaba diciendo que su vida era falsa? ¿Hice mal en darle aquel toque para sembrar en él el comienzo de un desarrollo que él mismo ansiaba pero no se decidía a dar el salto? Sí, lo ansiaba: mis conversaciones con él acababan siempre en lo mismo. Caben otras preguntas: ¿lo lancé a las puertas del Infierno? ¿pagaré yo por aquello eternamente? ¿se arruinará mi vida como castigo por incitar a tan alta traición?

Creo que nos traicionamos a nosotros mismos cuando decidimos no vivir, cuando decidimos recluirnos en la vitrina de la divinidad, cuando decidimos castrar nuestra mente en vez de desarrollarla, cuando decidimos no relacionarnos con el mundo en el que hemos nacido, cuando decidimos que somos algo diferente a la divinidad y la divinidad de nosotros, cuando decidimos aceptar razonamientos forzados que nos obligan a repasarlos continuamente para no rechazarlos, ¡cuando decidimos sin pleno conocimiento ni valor para adquirirlo, porque eso llevaría a la responsabilidad!. Nos traicionamos cuando actuamos con miedo a la libertad. ¿Realmente hacemos uso de nuestra libertad cuando vivimos con miedo a esta, cuando vivimos creyendo estridencias y tememos descubrir cómo se han fraguado esos sistemas de ingeniería social? Con qué facilidad decimos de los musulmanes: pobrecitos, creen eso porque se lo llevan diciendo desde que nacieron... y no pueden escapar. Aquel numerario, ya ex, cambió su vida. Leo a Alter Alterius y lo mismo que yo me expreso con sinceridad, igual que tú, espero que él también lo haga y se ayudará a sí mismo. Si cambia su vida en el sentido que estamos tratando aquí, ¿me afecta? Pues todo nos afecta a todos, pero no lo voy a presionar así directamente, haciéndolo responsable de mi bienestar, sino que le recuerdo que hemos nacido para realizarnos, que no espere cambios en el Opus Dei, que el cambio lo tiene que dar él y que ese cambio no será un solo salto sino que habrá muchos a lo largo de su vida, cada vez más aterradores y emocionantes a la vez.

Dicho todo esto, cuando hablo de estas cosas, suelo concluir con que no somos tan libres como creemos... ni siquiera cuando empezamos a tomar conciencia de nuestras cadenas y a romperlas, que hasta ahora han pasado desapercibidas por nuestra inercia, nuestra quietud, nuestra pereza espiritual. Actitud de superioridad, uhmmmmm... no puedo dejar pasar esto, pero no para defenderme, pues comprendo perfectamente tu crítica. Si Alter Alterius no piensa irse, es porque tiene una creencia firme en lo que le hizo entrar... y ¿acaso no es una soberbia de campeonato asumir que algo es verdad simplemente porque se cree en ello? Eso, en psiquiatría, se llama delirio de grandiosidad. Se tiene la fe como un estado superior de conciencia en vez de como un estado castrado y anquilosado de la razón. Y cuando se les presentan argumentos que tiran por tierra sus creencias, se agarran a que son ciertas porque son misterios de fe. ¿Eso es humildad? Bueno, puede ser humildad admitir que el Cosmos es más complejo de lo que podamos imaginar y que puede haber cosas que no vemos ni podemos medir, etc, pero de ahí a decir que todo aquello en lo que meramente creemos es cierto, hay un abismo.

Una vez oí una frase que hice mía, porque en realidad ya lo era pero nunca la verbalicé tan bien: El humano es el único animal que cuando puede elegir entre "salud y libertad" y "enfermedad y esclavitud", elige lo segundo. Y es curioso cómo las creencias, cuanto más dañinas, absurdas e irracionales son, más difícil es desarraigarlas. Os dejo este enlace, de Vivaldi. He escrito mientras lo escuchaba. Simplemente quiero compartirlo con vosotros.

Daniel









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