Al hilo del último envío de Pepito sobre el Banco Popular y Luis Valls-Tabener, creo que debo señalar algunas cosas.
Creo que tiene razón, el Popular estuvo muy bien gestionado, diversos índices hechos durante los años 90 del siglo pasado, lo situaban tanto entre los bancos más seguros, como entre los más rentables del mundo.
Ningún directivo cobraba nada por pertenecer a la junta del Popular, más allá de los dividendos proporcionados por las acciones, mientras los hermanos Valls-Taberner dirigían el banco.
Nunca se metieron en el negocio inmobiliario, cierto directivo compró participaciones en una inmobiliaria, pronto recibió una bronca, se vendieron dichas participaciones y pese a ganar varios millones con la operación, el directivo fue despedido. Las hipotecas del Popular eran las más caras del mercado, señal de que no tenían interés en concederlas.
Luis Valls-Taberner se retiró en el 2004 y falleció en el 2006, atentos a este último año que señala el principio del fin del Banco Popular, justo antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Tras la muerte de Luis Valls-Taberner, despidieron a su hermano Javier de la forma más vil que nos podamos imaginar, sin previo aviso, sin respetar promesas y compromisos, sin gratitud tras los innumerables servicios prestados, se mezcló la rabia contra alguien que nunca quiso saber nada de la obra (cuando a su hermano numerario Luis nunca le importó), con el ansia por lanzarse a los negocios "fáciles" y el ansia de dinero, como veremos más adelante. Llegaron incluso a retirarle su escolta sin previo aviso, en unos años en los que grupos como ETA o GRAPO aún coleaban.
Fuera los hermanos de la dirección y tras tomar Ángel Ron el control del Banco Popular, cambiaron las cosas, con unos sueldos, bonus, dietas y pensiones dignos de la Banca Morgan. Que Ángel Ron se lleve 8 millones de euros como "premio" por hundir uno de los 3 bancos más seguros del mundo tiene narices. No de España, ni Europa, ni Hispanoamérica, uno de los bancos más seguros del mundo.
Inmediatamente se lanzaron al negocio inmobiliario, estaban en el 2006, las inversiones fuertes comenzaron durante el 2007 y culminaron con la compra del Banco Pastor, justo el banco más atragantado por el ladrillo, la burbuja comenzó a pinchar en el 2008. Parece que confiaban en que la capacidad infinita del gobierno en rescatar a aquellos atrapados en hipotecas concedidas sin apenas garantías, salvo un montón de ladrillos, viviendas que han bajado en algunos sitios más de un 70 %, junto con inversiones en inmobiliarias arruinadas y terrenos cuyos precios también cayeron en picado. Pero una cosa era rescatar las antiguas cajas de ahorros arruinadas gracias los políticos en las que todos los partidos políticos han tenido culpa, cajas en comunidades autónomas gobernadas por el PP, PSOE y partidos nacionalistas, y otra rescatar a un banco privado a estas alturas de la película y con telarañas en las arcas públicas.
La mencionada compra del Banco Pastor fue demencial, pero solo reconocida a hechos pasados, la indigestión de ladrillo era demasiado fuerte.
Y el resultado final, ya lo conocemos, el Banco de Santander no ha adquirido un chollo, pese a comprar el Popular por un euro.
No digo que haya que santificar a Luis Valls-Taberner, ni se hasta que punto gestionó bien, que lo juzgue Dios en lo primero y los economistas en lo segundo, pero los hechos señalados son facilmente comprobables.
Ruso
