Todos los meses los centros recibían una cantidad de la Delegación, era una aportación, ya no me acuerdo del nombre técnico. Eso sucedía en Madrid, donde sus dos delegaciones son punto y aparte de las del resto de España, siempre se ha dido por libre y en la Este ya ni os cuento.
Bueno, de la dele llegaba una pasta gansa sin la que un club de bachilleres, donde podía haber dos o tres profesionales a lo sumo, no podía subsistir. De las cuotas de los socios del Club tampoco. Y se compraba una furgoneta para el club. Y un proyector para las películas de 35 mm. Y para obras y reformas. Y para mil cosas más. Se llamaba a numerarios al edificio Beatriz, sede del Banco Popular, a firmar títulos de propiedad pro indiviso para nuevos centros y créditos y te mandaba el Administrador de la dele con instrucciones y te recibía un supernumerario. Vamos, el Popular financiaba los centros, esos que se erigierona mansalva en los 80 y que ahora están vacíos y no vive nadie, también viejos club de raigambre...
E ibas a atender un retiro de supernumerarios y en invitados estaban, debías tenerlo en cuenta, Juan Francisco Montuenga (Administrador de la Región de España), Luis Valls y un numerario alto cargo de Hacienda. Acostabas a los supernjumerarios y te pasabas un rato a invitados con ellos, dejando al agregado obsequioso de guardia por si pasaba algo. Bueno, no son imaginaciones, quizás descansaban allí los tres. Pero..., pero...
Adiós, Popular, posiblemente la Obra saque la pasta de otros lados, pero una de las grandes tetas se ha agotado, quizá La Teta. No quiero ni imaginar cuando Ana Patricia Botín se entere de TODO. ¿Jesús!Malos tiempos para la lírica.
Hacíamos cuenta de tantos centros de la Delegación, tantos numerarios que ingresan, más las aportaciones de los super más los cooperadores... No salen las cuentas. No, ni en broma, ni hartos de vino. Malos tiempos, ni dinero, ni vocaciones, deserciones y crisis. Ocáriz, está jodida la cosa. Y es una pena. EL Santo era un megalómano, el beato un sectario y Javito corto mental. Malos tiempos. Y es una pena, el mensaje en sí era y es bueno, hay miembros en la Obra fenomenales que hacen mucho bien. Pero hay que sacudir el árbol, demasiadas ramas secas.
Madurez
