La verdad es infinitamente más importante que la limpieza.- Nuevo
Fecha Wednesday, 22 November 2017
Tema 070. Costumbres y Praxis


Stoner empieza sus trabajos con la frase "En el Opus Dei importa más la limpieza que la verdad".

 

El cardenal Luciani, futuro Juan Pablo I, escribió el 25 de julio de 1978, en el "Gazzettino di Venezia", un artículo llamado "Buscar a Dios en el trabajo cotidiano", en el que reflexiona acerca de la santidad en el trabajo, al hilo de escritos de Mons. Escrivá (aunque dice que San Francisco de Sales, de forma similar, ya había escrito sobre este tema 300 años antes). El Opus Dei considera importante este artículo porque lo ha incorporado a su web oficial. El Papa de la sonrisa afirma que “nos hacemos santos a poco que hagamos el propio deber con competencia, por amor de Dios, y alegremente, de manera que el trabajo cotidiano se convierta no en una "tragedia cotidiana", sino en la "sonrisa cotidiana"“.

 

Hace unos días leí un artículo que explicaba los últimos momentos del Papa Juan Pablo I. Decía: "Una de las monjas que lo atendía, sor Margherita Marin, que tiene ahora 76 años, recuerda que estaba planchando, en el apartamento pontificio, con la puerta de la habitación abierta, y veía al Papa andar arriba y abajo leyendo papeles. Según la religiosa, Juan Pablo I se detuvo y le dijo: “Sor, la hago trabajar tanto... No hace falta que me planche tanto la camisa porque hace calor, sudo y tengo que cambiarla a menudo. Planche sólo el cuello y los puños, que el resto ni se ve, sabe”. Esta anécdota tan hogareña revela la humanidad de Juan Pablo I y su carácter".

 

Si no me falla la memoria, recuerdo haber visto en Opuslibros un link a Youtube explicando cómo en el Opus Dei se planchaban los ornamentos litúrgicos. Me parece evidente la concepción perfeccionista y de menudencias estresantes del trabajo en el Opus Dei, especialmente de quienes se dedican a labores internas.

 

¿Qué pensarán en el Opus Dei de todo un Papa que, por ahorrarle tiempo y trabajos a su ayudanta, le pide a la religiosa que le planche sólo la parte visible de las camisas papales? El autor lo caracteriza como una anécdota hogareña que revela la humanidad de Juan Pablo I.


Creo que la “tragedia cotidiana” del trabajo diario puede venir por muchos elementos, entre ellos por el trabajo mal hecho, pero también por el trabajo demasiado bien hecho, cuando falta el espíritu. El trabajo, cuando es una forma de amor, ni cansa, ni se cansa, ni descansa (San Juan de la Cruz). El perfecto trabajo oculto que sólo Dios ve puede ocultar muchas trampas. La solución me parece que la da Luciani: trabajar “en la sonrisa cotidiana”, aunque no siempre vayamos de punta en blanco. La verdad es infinitamente más importante que la limpieza.

 

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