El descanso de Escrivá.- Jacinto Choza
Fecha Wednesday, 22 November 2017
Tema 010. Testimonios


Sobre la extinción de los Legionarios y del Opus Dei. El descanso de Escrivá.

Jacinto Choza.

 

            1.- Cuando escribí el texto ¿Hay esperanza para la Obra…? Que apareció en Opuslibros el 10 de noviembre no se me ocurrió que iba a tener este eco. Después de lo que diferentes amigos habéis dicho, en la web, o a mí en privado, solo me queda daros las gracias a vosotros. Me siento abrumado por expresiones de gratitud que provienen de ambientes donde hay tanto sufrimiento embalsado, un sufrimiento que yo he compartido tantos años, y que sigo compartiendo, aunque hace unos cuantos años Dios Padre me ha hecho grandes regalos, y mi vida personal es tranquila y feliz.

            Me da alegría poder proporcionar, junto todos los que colaboráis en la web, en medio de tanto sufrimiento, el pequeño consuelo de describir los acontecimientos como son, el pequeño consuelo de la verdad, y con eso coadyuvar al pequeño consuelo de la justicia. Como ya me conocéis, sabéis que soy muy optimista, y que no se puede esperar de mi otra cosa que una visión positiva de la realidad. 

            Dichas estas cosas, me gustaría precisar y ampliar algunos puntos de mi escrito anterior referentes a la justicia para con las personas singulares y las instituciones…



            En primer lugar, el panorama esperanzador que presentaba, no lo describía más que como eso, como esperanzador, como una posibilidad, como una salida. No pienso que esa salida sea probable, y estoy de acuerdo con los que pensáis que no lo es.

            El sacerdote ex-legionario con el que hablé este verano me decía que él no cree que Los Legionarios puedan cambiar. Porque no hay ninguna voluntad de hacerlo. Porque no hay ninguna conciencia de que lo necesiten. Porque no pueden concebirse a sí mismos en la Iglesia ni en la realidad de otra manera que como son ahora.

Me parece que en el Opus Dei pasa lo mismo, y creo que aunque se registren algunos cambios, son minúsculos y de detalles. A algunos de dentro les parecen suficientes y satisfactorios y a los de fuera les parecen inanes y superficiales.

            El sacerdote ex-legionario con el que hablaba piensa que esa congregación se extinguirá lentamente, en un proceso de 20 o 30 años. A mí me parece que lo más probable es que a los sectores de numerarios y sacerdotes de la SSS+ les ocurra lo mismo. Hasta podrían calcularlo alguno de los ingenieros y economistas de la web: según la población actual de numerarios, su edad media, su tasa de mortalidad física, su tasa de “mortalidad” como numerarios (de abandonos) y su tasa de nacimientos (de incorporaciones), ¿Cuántos años se requieren para la extinción de la especie? Dionisio lo podría decir.

Un cálculo análogo se podría hacer con los sacerdotes de la SSS+. Quizá Oráculo y Stoner lo podrían decir. Además, como faltan datos, se pueden hacer los cálculos para unos valores máximos y mínimos, para tener una horquilla amplia.

            Por lo que se refiere a los supernumerarios, creo que el caso es diferente, porque ellos, más que una asociación religiosa, son una clase social de un nivel económico por encima de la media, y me parece que se generan, se mantienen y expanden como una élite económica y según la naturaleza de esas élites, y no como las asociaciones religiosas. De todas formas, puedo estar equivocado, y considero que lo que Moncada puede decir sobre esto tendrá más fundamento que lo que yo diga.

 

            2.- Independientemente de este proceso de extinción, que puede cursar de una manera o de otra, y tener una duración u otra, hay otro asunto más importante, que es el de la justicia que se les debe

 

2.1.- a tantas personas físicas víctimas de la Obra, 

2.2.- a la Obra como entidad agresora, institucionalmente y en las personas responsables de su actuación

2.3.- a la Iglesia misma, con la que se ha cometido fraude institucionalmente.

 

            3.- A mí me parece que eso no es asunto nuestro más que parcialmente. Creo que la justicia en sentido pleno corresponde a Dios en el más allá, al fin de los tiempos. En el más acá, en los tiempos históricos nuestros, corresponde en parte a Dios y al hombre.

Una vez escuché a un magistrado decir que el tiempo es el mejor juez, el más verdadero y el más justo. Probablemente es verdad, y probablemente esa justicia que hace el tiempo no es ajena a la que hace Dios. Ese es un ámbito humano de la reparación y de la justicia, en el que nos situamos todos los que escribimos en esta web.

Ana Azanza ha informado de un caso en que los tribunales franceses le hacen justicia a una ex-numeraria auxiliar y obliga a la Obra a pagarle indemnizaciones y pensiones. Hay más casos como ese, recogidos en esta web y otros no recogidos aquí.

En el proceso abierto en los tribunales a partir de la demanda de Josefina Hurtado se pide justicia para las victimas singulares de un atropello monstruoso por parte de la Obra. Puede ser que se haga justicia a las personas físicas víctimas de ese atropello, a la Obra como responsable de él, en cuanto que institución y en cuanto a la responsabilidad de las personas singulares que lo determinaron.

Y es posible que si ese proceso, y algunos otros de calibre análogo que pueden desvelarse, concluye con la determinación de la culpabilidad de la Obra, el Estado español tuviera que abrir una investigación sobre la Prelatura como organización criminal, por una parte, y la Iglesia consiguientemente se viera en la necesidad de hacer otro tanto, por otra.

Esto puede ser una manera de hacer justicia a las personas físicas, tanto víctimas como responsables de las instituciones, y a las instituciones civiles y eclesiásticas. No digo que vaya a ocurrir, ni que sea probable. De momento me parece que es una posibilidad, y que esa posibilidad puede relacionarse con transformaciones en la Obra en primer lugar y, finalmente, con algún tipo de esperanza.

 

4.- Hay todavía otro ámbito más. Entre la justicia que hace Dios al fin de los tiempos en el más allá y la que hacemos los hombres en nuestro tiempo en el más acá, hay un ámbito intermedio al que me gustaría referirme, aunque es delicado. Se trata de que el más acá y el más allá de los europeos no es el mismo que el de los americanos. Y el más allá tampoco.

            Llevo viajando anualmente a Norteamérica más de 30 años y a Latinoamérica más de 10. Viajo como profesional de la antropología, porque llevo bastantes años dedicados a su estudio. Tengo cierta costumbre de tratar con personas que viven en mundos para mí inaccesibles e incomprensible, y a aceptar que esos mundos tienen sentido y verdad para ellos. En concreto, estoy acostumbrado a tratar con americanos, del norte y del sur, y a ver que a su vez ellos están acostumbrados a tratar con espíritus, almas en penas, ángeles y demonios, y a hablar con ellos, y los europeos no.

            La web Opuslibros es bastante eurocéntrica, y el Opus Dei también, y rara vez los americanos hablan en ella de su trato y conversaciones con los espíritus. Pues bien, uno de los espíritus con los que algunos americanos tienen trato es el de Escrivá.

            Quiero contar aquí una conversación de uno de ellos con Escrivá, para completar el cuadro de la justicia que corresponde a la Obra, a sus víctimas y a los responsables, y que se percibe en ese ámbito entre el más allá y el más acá de los europeos, que frecuentan los americanos.

-Mira, Escrivá me hace señas, una y otra vez. Unas veces en los sueños, y hablamos. Otras veces los días 26 de algunos meses me hace algún regalo. Quiero decir, me ocurre que me dan una noticia muy buena o me pasa algo muy bueno, y me viene a la mente que es día 26. Cuando me ocurre esto nunca le doy las gracias, y siempre le pregunto, ¡qué quieres! Pero nunca me dice nada. Desaparece.

- Quiere que le ayudes.

- A qué.

- A ir a Dios.

- Y cómo hago yo eso.

- Quiere que le perdones. El no puede volver a Dios hasta que no le hayan perdonado todas y cada una de las personas a las que ha hecho daño.

- Pero… Yo no puedo perdonarlo, pero al menos estoy vivo. Cómo le perdonan los que ya han muerto. Si eso es lo que él necesita para volver a Dios, para descansar ¿Cómo puede ser eso?

 

Hablar de esto en esta web es temerario, pero creo que los americanos tienen cierto derecho a que se hable de esto, a poder hablar de esto quizá aquí. Creo que es peligroso para Agustina y para el prestigio de la web, porque los europeos no creen en los espíritus, y quienes creen en ellos pasan por locos y quedan marginados. Solo pueden hacerlo sin levantar sospecha los antropólogos y algunos periodistas intrépidos. Por ejemplo, los de The Economist, que publican estos titulares y estos reportajes el verano pasado:

 

Why exorcisms are on the rise in France

As the church loses interest, private enterprise has taken its place

The Economist explains

Jul 31st 2017by A.R. | PARIS,

https://www.economist.com/blogs/economist-explains/2017/07/economist-explains-21

 

Demand for exorcists is soaring in France

The Catholic church has left a big gap in the market

                Print edition | Business

Jul 20th 2017 | PARIS

 

Generalmente los europeos no creen en los demonios y los americanos sí. No se trata de ser mejores o peores cristianos, de tener más o menos fe. En Europa no hay exorcistas o si los hay con frecuencia no saben ejercer de tales, y en América sí. No va la cosa de tener más o menos fe. Va de tratar con ellos y hablar con ellos, independientemente de que se sea o no se sea cristiano. No se trata de que los espíritus hablen quechua y los europeos no hablemos esa lengua. Tampoco va el asunto de si los espíritus tienen trato con los americanos y no con los europeos, porque tienenun pasaporte y un visado para cruzar la frontera del más allá por ese lado del planeta.

Los espíritus tienen trato con la gente independientemente de que sean creyentes o no, y los exorcistas los atienden si son buenos profesionales y buenos ministros, y si no, no atienden a los atacados por los espíritus, que pueden ser creyentes o no.En este sentido puede verse el libro: Luzón Peña, Javier, Las seis puertas del enemigo. Experiencias de un exorcista, Córdoba: Editorial Altolacruz, 2017.

            Siento plantear un problema a Agustina diciendo estas cosas en esta web. Agustina tiene que decidir si estos asuntos tienen cabida y cómo, porque darles entrada a estos temas es darle entrada a asuntos en los que la Iglesia Europea no cree o a los que mira con mucho recelo.

Pero lo hago porque aquí hay varios asuntos importantes para nosotros. Uno es la justicia que requieren y merecen las víctimas del Opus Dei, incluida la Iglesia misma, y la que el tiempo suele hacer. Otro es la justicia que requieren y merecen los responsables de esos daños, entre los que se cuentan Escrivá, Del Portillo y Echeverría, hasta que logren el descanso eterno que Dios les tenga preparado en el más allá completamente inaccesible para nosotros.

La cuestión que me parece importante plantear es si los americanos, que tienen experiencia del más allá accesible a ellos, y trato con los responsables de tanto daño, trato como el que yo he referido, pueden comunicar esa experiencia, a través de esta web, o de otro modo, y si esa comunicación tiene sentido y utilidad para los usuarios de esta web.

En resumen. Si hay tres órdenes en los que se hace justicia, 1) el más allá inaccesible, 2) el más acá accesible donde operan los tribunales y 3) la zona intermedia donde los espíritus se comunican con los americanos, los antropólogos y algunos periodistas, la cuestión es si esta web puede recoger informes sobre los procesos de los órdenes 2) y 3).

Muchas gracias a todos por vuestros escritos y un montón de abrazos.

 

Jacinto Choza







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