Yo Acuso.- Salypimienta
Fecha Wednesday, 22 November 2017
Tema 070. Costumbres y Praxis


Es impresionante que cada día salga más información sobre las vergonzosas actitudes y actuaciones dentro del Opus Dei. Cuando uno cree haberlo visto todo, nos enteramos por varios lados de nuevos testimonios que nos dejan más perplejos que el anterior. Hace poco hablaba con un amigo ex numerario, y le decía que el Opus Dei se encontraba tan pervertido que su desaparición era inminente. Él, muy al contrario, me ha convencido de que el Opus Dei está destinado a permanecer por la sencilla razón de que a la Obra la protegía el diablo. De otra manera ¿cómo se entiende que una institución pueda tener prácticas tan siniestras y seguir machacando a las personas sin que nadie mueva un dedo?

Guardo la esperanza desde hace tiempo, de que todo lo que en OpusLibros se publica, llegue más pronto que tarde al conocimiento de quienes pueden poner un alto a los atropellos y las inmoralidades de la Prelatura que es una sociedad que actúa como una ‘familia’ de la Mafia y no como una institución al servicio de Dios y de las almas. De la que algunos de sus miembros actúan más como delincuentes que como hijos de Dios. Tomando prestadas las palabras de Émile Zola, YO ACUSO al Opus Dei…

…De violar sistemáticamente los Derechos Humanos universales de sus miembros como: el derecho a la libertad de reunión, el derecho a la propiedad privada, el derecho a la libertad expresión, el derecho a la privacidad, el derecho a la integridad personal física, psíquica y moral, el derecho a la libertad personal, el derecho a la libertad de conciencia, el derecho a no ser discriminado, el derecho a trabajar libremente, el derecho a la cultura, el derecho a no ser discriminado, el derecho a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos, el derecho a vivir en paz y todos los derechos que pisotea sin el más mínimo escrúpulo.

…De manipular toda la información que la institución da a la jerarquía de la Iglesia, a sus mismos miembros y al público en general, corrompiéndola a tal grado de que en la actualidad es casi imposible distinguir entre la verdad y la mentira.

…De fanatizar a sus miembros a tal grado que les es imposible discernir con objetividad y cordura sobre las cosas más ordinarias de la vida haciéndolos creer que todo cuanto se les ocurre es inspiración divina. Todos hasta cierto punto, en algún momento nos sentimos como ‘iluminados’.

…De envilecer a tal grado la sexualidad humana que muchos de sus miembros terminan con grandes traumas, deformaciones y desinformaciones que les acarrean serios problemas en sus vidas.

…De estar más ocupada por obtener bienes materiales a toda costa sin importar lo que deba hacer para ello.

…De levantar falso testimonio, difamando a las personas descaradamente para evadir sus faltas.

De idealizar a su fundador hasta poner sus enseñanzas por encima de las de Jesucristo.

…De pisotear sin clemencia a las almas que tiene a su alcance con el cuento de enseñarles el camino de la santidad.

…De maltratar sistemáticamente a sus miembros.

Ya había escrito antes sobre la ausencia de la caridad en la Obra. Cada día tengo conocimiento de más atropellos que cometen algunos directores amparados por ‘la madre guapa’ y se me revuelve el estómago sólo de pensar que esos directores (y directoras) actúan convencidos de que están haciéndolo por inspiración divina. Sé que lo que nos contó Solitudine, por desgracia no es un caso aislado. Sé de numerarias que han sido ‘castigadas’ por la directora con no comer o no cenar por alguna falta. Sé de miembros que tienen prohibido vivir, e incluso ir a comer a su centro hasta que no hagan todo cuanto su director les dice…

Al parecer, en la Obra ya quedan muy poquitos directores buenos y decentes y los que están se creen omnipotentes y actúan al completo estilo escrivariano: como unos tiranos. Mientras tanto, la mayor parte de las almas buenas que aún quedan dentro, o viven en un estado de evasión absoluta, o pasan el día tratando de matar la melancolía con fármacos capaces de drogar a un caballo. Al menos nos queda el consuelo de que Dios en su infinita misericordia nos compensará los sufrimientos que nos ha provocado la Obra cuando lleguemos a Él.

Besos cariñosos. Salypimienta.









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