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Arrupe, que era de una espiritualidad tan fuerte y auténtica que impresionó al equipo agnóstico de televisión que me acompañó, me contó, por ejemplo, en relación con el cambio que en ellos operó el concilio con estas palabras textuales: “Cuando hoy vemos actuar al Opus Dei, es como mirarnos en el espejo para decir: así fuimos y así no podemos seguir siendo”.