Las ideas y la praxis de la institución eran contradictorias: ¿cómo vas a “dejar poso en los demás con la iluminaria de la fe y del amor” si se te recomendaba en la práctica que dejaras de lado a las personas que no estuvieran interesadas en ser captadas y en la institución?

¿Qué clase de poso dejas en los demás cuando los abandonas porque tienen otra idea de lo que es una vida cristiana de la que tú tienes y tú como buen fariseo no puedes ampliar tu concepto de lo que es la vida cristiana porque estás encerrado en el moralismo, en el adoctrinamiento y en la obediencia ciega?

El único poso que dejas detrás de ti es la amargura de haberte conocido.

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