El proselitismo según un semanario cristiano.- Sara
Fecha Wednesday, 04 April 2018
Tema 900. Sin clasificar


El pasado 21 de enero de 2018 el semanario catalán de información y de cultura religiosa «Catalunya Cristiana» celebró la publicación de su número 2.000. En la portada, al pie de una gran fotografía del Papa Francisco, se reproduce la carta que éste escribió al arzobispo de Barcelona y cardenal Juan José Omella felicitándolo por la publicación del número dos mil del semanario. También contiene en las páginas 4 a 6 una entrevista exclusiva al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede.

 

En una sección fija del semanario, llamada «El Consultori», el sacerdote Joan Antoni Mateo responde cada semana a dudas que los lectores le plantean sobre doctrina y moral. En la página 27 de la edición del 21 de enero de 2018, un lector le preguntó: «¿He de hacer proselitismo?». Traduzco del catalán la consulta del anónimo lector:

 

Durante unos años de mi juventud pertenecí a una asociación que inculcaba como un deber importante de la fe cristiana hacer proselitismo, es decir, intentar convencer a mucha gente para que se hiciese cristiana o viviese más intensamente la fe. Nos hacíamos amigos y yo intentaba que aceptasen mis propuestas. Algunos me respondieron, pero otros dejaban de tratarme cuando me metía en sus vidas. Ahora oigo decir que un cristiano no ha de hacer proselitismo. Si nosotros no anunciamos nuestra fe, ¿quién lo hará?

 

Mosén Joan Antoni Mateo le respondió:

 

La pregunta es muy interesante y muy actual. También hay que decir que se dan muchos malentendidos en este sentido. Comencemos por tener claro que el mandato de Cristo que impulsa a ir por todo el mundo a anunciar el Evangelio afecta, en diversos grados, a todos los bautizados. Quien ha recibido el don de la fe no puede callar y quedarse solo para él este tesoro. La caridad nos impulsa a comunicar la alegría que llevamos en el corazón y nos conduce al apostolado. Una cuestión fundamental es cómo llevar a cabo esta misión. El término «proselitismo» puede ser entendido en un buen sentido y también se puede experimentar como una realidad con connotaciones negativas y cariz sectario. Basta con ver cómo algunos grupos hacen «proselitismo», como una actividad de marketing perfectamente programada y con un espíritu agresivo y de control, que más que convencer con un diálogo franco, lo que pretende es imponer pasando por alto la libertad y la conciencia de las personas.

 

En este sentido los cristianos nunca hemos de hacer proselitismo. El estilo de apostolado evangélico consiste en anunciar y proponer siempre desde una experiencia de vida cristiana alegre y coherente. Saber anunciar con tacto y oportunidad, confiando en el dinamismo que contiene  el mismo Evangelio. Meterse en la vida de las personas con afán de dar lecciones, de decir lo que hay que hacer y lo que no, es un mal método que conduce a muchos rechazos. Un profesor de teología que tuve hace años, el P. Fondevila, nos decía que la fe cristiana tiene el mismo mecanismo que la gripe: quien la tiene la contagia sin darse cuenta. Me parece una gran intuición. La fe cristiana solo puede surgir donde hay cristianos, personas que construyen la vida sobre Jesucristo. Y este es el camino fundamental de anunciar la fe para la mayoría de fieles cristianos. Los razonamientos bien construidos y los argumentos apologéticos tienen su valor, pero no pueden nada sin la fuerza de la gracia que se difunda a través del testimonio de una vida. Ya lo decía el beato Pablo VI: «El mundo necesita maestros, pero sólo serán escuchados si son testimonios».

 

Sin comentarios. A buen entendedor pocas palabras bastan.

 

Sara









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