No saber o no querer pedir perdón.- Salypimienta
Fecha Monday, 11 June 2018
Tema 070. Costumbres y Praxis


Sigo sorprendida con lo que hemos comentado últimamente aquí en lo que se refiere a la ‘repesca’ de los miembros.

Creo que, o en la Obra ya están absolutamente obnubilados, o las cosas van tan mal y que se les han salido tanto de las manos que ya no saben qué hacer para conseguir fieles, o que las altas instancias eclesiásticas ya están revisando los movimientos de la prelatura con lupa. El caso es que están actuando de una manera tan opuesta a como siempre ha sido, que a todos nos tienen realmente con el ojo cuadrado.

La verdad es que el 50% de los problemas del Opus Dei se resolverían si hicieran una limpieza profunda de todas las cochinadas que han escondido debajo de la alfombra por casi 100 años y pidieran perdón público por todas las arbitrariedades, injusticias, faltas a la caridad, atropellos y abusos que han cometido.

El problema es que el perdón es algo que dentro del Opus Dei nunca ha sido comprendido cabalmente. Su definición de perdón es muy subjetiva ya que piensan que ellos deben ser perdonados nada más porque sí, así sin más.

Quiero pensar que se les ocurrió que haciendo como que no había pasado nada e invitando a los ex miembros a reintegrarse a sus medios de formación las cosas quedarían completamente solucionadas.

Así no funcionan las cosas en ningún sitio. Para obtener el perdón, PRIMERO HAY QUE PEDIRLO. No hay de otra.

La misma Iglesia ya se atrevió a pedir perdón público por varias arbitrariedades cometidas por ella a lo largo de su historia, el Opus Dei debería de seguir su ejemplo.

Desafortunadamente la soberbia institucional que padece la prelatura en forma exacerbada ha demostrado que es capaz de pasar por encima de todo antes de reconocer sus faltas y pedir perdón por ellas. Un ejemplo más o menos reciente es la carta que Javier Echevarría envió a María del Carmen Tapia urgiéndola a acusarse de unas faltas que nunca cometió e incluso amenazándola veladamente si no lo hacía con tal de que la Obra quedara libre de toda mancha.

Definitivamente, el Opus Dei como TODAS las instituciones de la Iglesia lo han hecho, necesita reformarse, y lo necesita hacer con urgencia. Quizá así se pueda rescatar ‘algo’ bueno si es que aún quedan cosas buenas, nobles y santas dentro de la Obra. Y lo primero que hay que hacer para hacer una reforma es reconocer las faltas y resolverlas y eso se hace pidiendo perdón. Y no sólo a los ex miembros, también a los que están en activo, en su mayoría empastillados hasta el límite para poder seguir viviendo una vocación que no es de ninguna manera para servir a Dios y a las almas. Al contrario, es una vocación sometida a las peores bajezas para servir al Opus Dei y sus intereses particulares.

Besos a todos

Salypimienta.









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