El Malthus de la espiritualidad.- El Cid Campeador
Fecha Friday, 15 June 2018
Tema 050. Proselitismo, vocación


He estado leyendo aportaciones anteriores y me he encontrado un artículo de Stoner sobre el proselitismo y el número de vocaciones que deberíamos conseguir cada año.

Encuentro la cuota más baja en una tertulia del 2-II-1960 en que establecía una captura de al menos una nueva alma por año por persona: no podéis quedaros tranquilos, si cada año no lográis, al menos, una vocación cada uno. En otras oportunidades era más exigente: siempre os he dicho que cada uno -después de encomendar las cosas al Señor- debe procurar provocar por lo menos dos vocaciones al año. E incluso había momentos en que había quintuplicado la meta: ninguno de mis hijos puede estar tranquilo, si no trae cada año cuatro o cinco vocaciones que sean fieles.

Supongo que todos conoceréis la leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo. Para aquellos que no la conozcáis adjunto un link a esta interesante historia que nos muestra el poder de las funciones exponenciales:

https://matematicascercanas.com/2014/03/10/la-leyenda-del-tablero-de-ajedrez-y-los-granos-de-trigo/

Con lo de conseguir una vocación cada año pasa lo mismo. Con un sencillo cálculo constatamos que, en caso de que cada miembro de la obra consiga una vocación anualmente, el número de miembros al cabo de un año sería de dos (dos potencia de uno), a los tres de ocho (dos potencia de tres), a los diez años sería de 1.024 (hay que elevar dos a una potencia igual al número de años).  Una cifra razonable.

El problema es que a los 20 años el número de miembros ya superaría el millón y a los 25 años los treinta y tres millones. En el año número 32 -verdadero celo apostólico-  estaríamos a punto de alcanzar la población mundial, que superaríamos, ante la sorpresa del Santo Padre y la incredulidad del redactor-jefe del Anuario Pontificio, en el año 33. Un verdadero milagro.

A los 90 años de vida que tiene el Opus Dei el número de miembros -para que esos miembros pudiesen estar tranquilos- debería ser de 2^90, es decir:

1.237.940.039.285.380.000.000.000.000*

*No lo corrijo con la esperanza de vida de los miembros ya que la cifra es tan absurda que trillón más, trillón menos ¡qué más da! Si total, vamos a bulto, “a lo que salga” como diría Gervasio.  Además,  calculo con el mínimo de una vocación al año, no con dos o cinco.

Conclusión: el fundador no conocía la historia del tablero de ajedrez y el grano de trigo. No tiene sentido pedir a cada miembro que traiga una vocación anual (doblar anualmente el número de miembros), lo que implica un crecimiento exponencial, muy superior al crecimiento de la población mundial. Deberíamos respetar los principios de harmonía y de linealidad (natura non facit saltum) propuestos por Leibniz.

Con esto solo quiero mostrar que en el Opus muchas veces se piden cosas que no son posibles. Ya sé que ‘Dios + dos + dos’ no son cuatro. Sin embargo, se presiona a los miembros hasta extremos absurdos provocando una desazón que es causa de muchas dolencias. Esto es solo un ejemplo de peticiones insostenibles a los miembros por parte de directores encerrados en una casa con piscina y pista de tenis. Peticiones insostenibles desde lo económico a lo espiritual (siempre he pensado que muchos supernumerarios no pueden llevar el plan de normas que se les exige, es sencillamente imposible, y al final no hacen nada; no es lo mismo que para los numerarios). No puedes estar tranquilo hasta que...  Y claro: un desastre.

Me aleja mucho del Opus este dogmatismo apodíctico, que no permite discusión alguna. La vida es un problema, no un dilema, que invita a la reflexión.

El Cid Campeador









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=25317