De todo un poco, pero, al final, bueno.- Cafeconsal
Fecha Friday, 01 March 2019
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Quería contar muy de pasada mi experiencia. Os anticipo que no he sido nunca del Opus Dei (es más, estoy, muy contento, en otras realidades eclesiales), pero he estudiado en colegios y universidades y he ido (y sigo yendo) por centros y sigo recibiendo resquicios de formación.

Desde chico estuve en un colegio de un grupo de padres preocupados por la educación de sus hijos. De ahí mi padre, supernumerario, me llevó a conocer dos clubes, uno de numerarios y otro de agregados. Me gustó más este último y ahí pasé muchos años, yendo todos los días a estudiar y los sábados al plan del día, a la meditación y a la cena.

Me gustaba mucho ir y me sentía integrado. Recibí mucha formación y, gracias a eso, hoy tengo buen discernimiento espiritual.

Sin embargo, también es cierto que fui objeto del proselitismo. Obviamente, el objetivo era que pitara como agregado. Me llegaron a decir que estaba en la lista de algún enfermo que ofrecía su sufrimiento por mi vocación. También tuve que escuchar eso de que "como no pites ahora, acabarás pitando de supernumerario". Eso me lo dijo un agregado al que quiero muchísimo y con el cual sigo teniendo contacto. Pero, a ver, entonces, la vocación al matrimonio es líquida, va y viene, ¿o qué?

He ido a convivencias, retiros y viajes / visitas apostólicas. He sentido las ganas de pertenecer y estar cerca de aquellas personas tan increíbles. Y he llegado a ver la bondad, la verdad y la belleza del Opus Dei. Y la sigo viendo. Gracias a Dios, nunca pité porque nunca lo vi seguro. Me gusta mucho el espíritu público del Opus Dei, ese que he leído en esta página.

He visto en otras personas el proselitismo salvaje. Gente que entra muy joven, sabiendo yo (y muchos) que iba a durar poco y he acabado viendo como salieron. Y muchos rebotados. Me he encontrado a lo largo del tiempo con gente que fue conmigo a las actividades de verano, que pitaron y que lo dejaron hace poco.

He encontrado (y sigo haciéndolo) muchas incoherencias (ya las comentaré, pero algunas serían redundar lo dicho aquí), pero también mucho cariño, acogida, amor y confianza. Tengo grandes y muy buenos amigos. Conozco a gente santa y abnegada, que trabaja por amor a Dios, viviendo ese espíritu coherente y bueno del Opus Dei.

Nunca he dejado de recibir dirección espiritual de manos de sacerdotes del Opus Dei y todos menos uno han sido muy buenos. Cuando no ha sido así, poco tiempo hemos durado. Dejé de tener charla o hablar de cosas privadas con un laico hace muchísimo tiempo. Si lo hago ahora es porque somos amigos, no porque tenga que rendir cuentas.

Se que no tengo vocación al Opus Dei. Alguna vez me he planteado ser cooperador, pero me echan para atrás ciertas cosas. Tengo muy claro que no quiero tener ninguna vinculación económica con el Opus Dei. Tengo esa vinculación con otras realidades eclesiales, pero no la pienso tener con la Obra.

Pienso que el trabajo hay que pagarlo y veo a esos sacerdotes del Opus Dei que se desviven trabajando pero que no reciben salario y que les da apuro sacar un céntimo de la caja. Y eso lo he visto reflejado en textos. Por eso, ayudo / pago / contribuyo por los servicios espirituales que recibo, como pago a un médico, por ejemplo. Me parece de recibo. Nadie me lo ha exigido nunca. Es algo que he considerado yo.

Para no enrollarme mucho más: me he leído los estatutos del Opus Dei, como de otras realidades eclesiales y están muy minuciosamente trabajados. Y según he leído aquí, lo cual se acerca a la realidad, hay cosas que cuelgan en el aire o se esconden bajo el espíritu de la Obra.

San Josemaría no me acaba de caer bien. Veo un hombre muy apasionado, con el cual no me identifico. Me parece mucho más afable la figura de D. Álvaro. No me gustó la de D. Javier y al Prelado actual no lo aguanto, tal vez porque no es tan chouman, si se me permite catetizar la palabra show.

En los escritos del santo veo mucha dureza. Cuando pregunté sobre esto, me dijeron que cuando los escribió eran momentos difíciles para la Iglesia. No sé... se parece mucho al estilo de Jiménez Losantos, que tiene un insulto para todo el mundo, aunque esté sentado junto a él en la mesa.

He estado en tertulias aburridas o en las que se habla de donde se ha hecho el curso anual. He visto esa realidad de "vivimos en medio del mundo" pero nos refugiamos en el centro y no sabemos lo que pasa fuera.

He visto alimentar esa afectividad desordenada sin ponerle remedio.

¡He visto tantas cosas!.... pero me quedo con la gente buena que busca la felicidad de las personas con las que hacen apostolado. Y de esas, gracias a Dios, conozco muchas.

Cafeconsal









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