La vocación no está escrita en un papel.- Daneel
Fecha Friday, 31 May 2019
Tema 050. Proselitismo, vocación


Querido JuanchoR,

 

No tengo nada que objetar a la primera parte de tus reflexiones sobre la vocación: “creo que puede estar claro que Dios llama a las personas: las llama cada día a desempeñar sus tareas con amor”, etc.

 

No obstante, a partir de este punto da la impresión de que consideras que tener vocación es una especie de “hecho verificable”, como si uno pudiera mirar un papel dentro de un sobre, donde consta los que tienen o no tienen determinada vocación. Y, de esta manera, antes de mirar dentro del sobre hay que hacer una apuesta sobre lo que hay en él, de tal manera que el que acierta gana la apuesta, y el que se equivoca la pierde.

 

Pienso que esta forma de pensar es un grave error espiritual. Dios no tiene un “programa” para nosotros, que si acertamos a seguir seremos felices, y si erramos seremos infelices. Esta forma de ver las cosas no puede menos que provocar una cierta angustia en los espíritus menos maduros (y todos nosotros hemos sido inmaduros en algún momento de nuestras vidas, y nunca llegamos a madurar del todo). Además, esa angustia será fácilmente aprovechada por quienes están más interesados en manipular a las personas que en acompañarlas en su camino. “La vida es un complicado laberinto que hay que atravesar; pero no te preocupes, que yo tengo las instrucciones y te iré guiando paso a paso”.

 

No, Dios no tiene un “programa”. Dios habla con nosotros durante toda nuestra vida, nos llama una y otra vez, en los acontecimientos, en las personas que nos rodean. La vocación no es un molde en el que uno tiene que esforzarse por encajar, sino un continuo diálogo vital con Dios, que no termina nunca, en el que siempre se descubren nuevos matices. La vida no es un laberinto que ya está trazado, sino un camino que hacemos al andar.

 

Es como esos cursos prematrimoniales donde se dice, con muy buena intención pero con muy poco juicio, que “Dios tenía preparado a tu novio/a desde la eternidad”. “Entonces, qué, si elijo a quien no debo, si me equivoco, ¿fracasaré irremediablemente en mi matrimonio?” Claro que uno puede cometer equivocaciones al casarse, al elegir la profesión, el lugar donde vivir o los hijos que tener. Pero no hay “una” respuesta correcta, y todas las demás equivocadas. La respuesta es también algo que nosotros creamos con nuestra vida.

 

Un abrazo,

Daneel









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