Creo que tiene razón Gervasio en que la divisoria que traza Salypimienta entre Numerarias auxiliares y hombres no es la acertada. En efecto, las llamadas “señoritas” no quedan del lado de las presuntas “esclavas”, sino precisamente del de “las señoritas”, bien servidas por las Nax. La situación y estructura social a considerar responde más bien a una diferencia de clases, la de la España de los años 20 del siglo pasado, a día de hoy muy diferente en la propia España y más en otros países. De ahí también que “las señoritas”, a diferencia de sus homólogos los numerarios, no hayan de tener estudios universitarios, cosa infrecuente y hasta mal vista en la España de entonces, pero sí “clase” (social, naturalmente). Por lo demás, habría que ver si esas Nax, cuestiones “vocacionales” aparte, tienen una vida peor que la de las empleadas del servicio doméstico del correspondiente país donde las siga habiendo.
Pepito.