Glosas sobre la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz
Roma 14-II-87
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La inquietud santa de nuestro Padre por ayudar al clero diocesano crece paralelamente a su vocación de Fundador del Opus Dei. Ya en los años de Zaragoza, cuando el Señor no le había hecho aún ver la Obra, atendió con abnegada solicitud a los futuros clérigos en el Seminario, especialmente desde su nombramiento como superior. Luego, en Madrid, se rodeó enseguida de un grupo de sacerdotes, a los que contagiaba su afán de santidad personal y su celo apostólico. Entre 1938 y 1941, dirigió muchos cursos de retiro para el clero, llamado por Obispos de toda España; algún año, predicó a más de un millar de sacerdotes y seminaristas. Precisamente durante uno de aquellos retiros espirituales, el Señor quiso llevarse al Cielo a su madre, a la Abuela, a quien había pedido oraciones por este apostolado.
Tanto crecieron los afanes divinos de nuestro Padre por atender a los sacerdotes que, hacia 1949–50, como ya la Obra marchaba adelante, bien encarrilada, pensó en comenzar otra fundación
destinada al clero secular, a fin de ayudar a sus hermanos del clero diocesano a santificarse en su propio ministerio. (de la nota introductoria).