Hola Free as a bird: Me encanta tu estilo de escribir! Me he animado mucho leyendo tus 'dialogos.' Me recuerdas una ocasión, en los '60, cuando durante una visita a mis padres (que no sabían que era numeraria) fui a confesarme con el párroco, irlandés (soy inglesa y esto ocurrió al norte de mi país, cuando tenía 18 años). Le dije que tenía un 'voto privado' de castidad, y que me había expuesto a la tentación. (Mi madre había invitado al hijo de un amigo, que me admiraba. Me había quedado sin novio porque mi primer amor había pitado poco antes que yo; nos separaron sistemáticamente. Mi madre me veía sola y aislada).

El cura abrió la ventanilla para poderme ver.

- “Un voto privado de castidad! Qué me dices? Esto no es normal! Deja de contarme tonterías. Te aconsejo buscar informaciones sobre las Hermanas de Caridad, para poderte entregar a Dios y servir a los demás. Vete y no me pierdas el tiempo”.

¡Haberle hecho caso! (Pero no en cuanto a las Hermanas de Caridad).

Cuando dejé aquel mundo de los votos privados 10 años más tarde, después de 4 anos de tratamientos con médicos y psiquiatras de la Obra, el médico de cabecera de mi familia comparaba mi condición a la de una ex prisionera de guerra.

Me casé, tuve 3 hijos y ya soy abuela. En cuanto a servir a los demás, me complace escuchar y en cuanto puedo, ayudar a personas que salen del Opus Dei. Últimamente han surgido psicólogos con un conocimiento especifico del “abuso espiritual” y creo que esto es buena nueva. Hace falta una experiencia personal para poderlo comprender y tener empatía. Yo tuve suerte, al coincidir después de salir con más de un cura, pasando los años, que ya empezaban a reconocer los métodos del Opus Dei y el daño hecho a tantos individuos. Me acuerdo con afecto de un Jesuita y un Benedictino. Sin su apoyo, igual no habría sobrevivido.

Saludos a todos de Eileen .