Esto no lo he contado nunca a nadie,- Pez
Fecha Wednesday, 18 November 2020
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Para Alvaro C.

En escrito reciente comenté algunas vivencias personales a propósito del caso Gaztelueta. El cruel y desatinado escrito de Alvaro C. (Dios te perdone, cariño) me impulsa a relatar un hecho personal que NUNCA he comentado a nadie. Te lo mereces, Alvaro, y Opuslibros también, aunque por motivos opuestos.

A mis nueve añitos, yo era un niño guapo, espabilado, deportista, enormemente ingenuo y totalmente ignorante de cualquier cosa referente al sexo. (Es lo único que puedo reprochar a mis padres, muy marcados por su época). Sufrí una horrorosa agresión sexual, que relato por encima. Pero poneros en lo peor.

Acompañé a un amigo de mi edad a pescar al rio, en las afueras de mi ciudad de provincias. El sitio mejor estaba ocupado por un grupo de unos cuantos chavales algo mayores; al pasar de largo junto a ellos se nos echaron encima, mi amigo huyó y salvo su pellejo y su caña (algo cobardica fue, sí). Yo me ví rodeado por unos cinco chavales "arrabaleros", algo mayores que yo. Me defendí cómo pude, " pero eran cuatro puñales y tuve que sucumbir" como diría Lorca. Me inmovilizaron en el suelo, boca arriba, el mayor se puso encima de mí... y mi resistencia heroica y mis gritos hizo que se asustaran sin llegar a "mayores", a lo que estaban más que dispuestos. Me liberaron con otra buena tanda de sopapos y me fui lloroso a casa. Creo que me salvó mi ignorancia absoluta de todo lo sexual, que hizo que lo interpretara como una gamberrada de unos indeseables y por ello no afectó para nada a mi desarrollo emocional ni sexual. Cuando crecí en edad y en conocimiento, evidentemente me di muy buena cuenta del horror del que me había librado, pero ya estaba a salvo de sus consecuencias, afortunadamente.

Esto no lo he contado nunca a nadie. ¿Por qué? Quizás por lo desagradable, lo difícil de explicar y la escasa huella que ha dejado en mí. Y os puedo asegurar que no soy nada pacato en estos temas, aunque jamás exhibicionista de ningún tipo. Aunque lo recuerdo con sumo detalle, y eso significará algo probablemente.

¿Te ayudará esta experiencia, Alvaro, a entender un poco, un poquitín siquiera, a los que sufren abusos sexuales ? Yo sufrí un intento, nada más, y fíjate lo que me ha costado contarlo, aún siendo abierto y hablador como soy. Por eso yo sí creo el relato de Asier, estoy con él, le apoyo y le comprendo. La referencia a sus padres, Alvaro de las narices, es de una crueldad inaudita. Pide perdón cuanto antes a Dios, a Asier, a sus padres y a todos nosotros, sufridos lectores y autores de Opuslibros, que tenemos que leer truños como el que has perpetrado.

Pez 









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=26466