Continuación de la historia de mi amigo supernumerario.- Antonio Moya Somolinos
Fecha Monday, 08 March 2021
Tema 078. Supernumerarios_as


Como OpusLibros es una página muy leída, hay quien me ha preguntado qué fue de ese amigo mío, bueno pero un poco gilipollas (lo cual es compatible), que se cargó su propio matrimonio, no yéndose de putas, sino haciendo caso a las piadosas palabras que le susurraba al oído quien llevaba su charla, el cual, como un fray Gerundio de Campazas del siglo XXI, casi casi, solo tenía las dos recetas que tienen quienes en el Opus Dei llevan charlas de dirección espiritual: "tú, encomienda" y "tú, ofrécelo". Los tratantes y encomendantes -que eso son los maestros de almas del Opus Dei, empezando por su jefe y prelado de la prelatura personal de la Santa Cruz- lejos de ser "expertos en humanidad" como recomendaba Juan Pablo II ("Hacen falta heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre, que tomen parte en sus alegrías y esperanzas, en sus angustias y tristezas, y sean al mismo tiempo contemplativos enamorados de Dios"), son gente dicharachera y "muy unida al Padre", que piensa que quienes no sostienen lo mismo que ellos "no se enteran", y por tanto, hay que "encomendar" para que se enteren, incluida en ese grupo de no enterados la mujer de mi amigo que estaba hasta los ovarios de la comedura de tarro que padecía su marido y del infierno en que se había convertido su matrimonio por culpa de esos maestros de almas del Opus.

Ya se ve que a base de encomendar, el matrimonio de ese amigo mío, bueno, de verdad, pero anticristianamente aconsejado, se fue a tomar por culo a cambio de una puntual asistencia a la convivencia. ¿Qué ha sido de él?

Os lo podéis imaginar. Ahora se dedica a gestionar su divorcio. Quizá deberían de saber esos maestros de almas del Opus que la mejor manera de gestionar un divorcio es evitándolo, es decir, cuidando el matrimonio, es decir, lo que los teólogos del Opus dicen en sus libros de moral matrimonial en latín sobre matrimonio, pero que no saben lo que quieren decir: Que hay que cuidar no solo el matrimonio factum esse, sino el matrimonio in fieri. Que es lo mismo que enseñan los buenos teólogos que no son del Opus: Que el matrimonio, al ser signo del amor de Dios a los hombres, exige una vida sacramental, es decir, que el amor a la mujer es lo primero, siendo de esa manera (Y NO DE OTRA) como se visualiza, a través de ese amor REAL, el amor que Dios nos tiene, y siendo ese signo - esa vida - a su vez, SIGNO EFICAZ DE ESE  AMOR DE DIOS, convirtiéndose la vida matrimonial en todo momento en vida sacramental.

Esta idea, los maestros de almas del Opus, ni la huelen, hasta el punto de ser capaces de entrometerse en los matrimonios y llevarlos a pique con tal de que la convivencia de mierda que han organizado tenga quorum y el centro organizador no tenga que pagar un extra a la casa de convivencias al haber menos asistentes de los pactados.

La mejor manera de gestionar un divorcio es evitándolo, fomentando la fidelidad matrimonial y el amor entre los esposos.

No solo es infidelidad irse de putas o echar un polvo con una compañera de trabajo, sino robarle el tiempo a la mujer para dedicarlo a otras cosas, aunque sea a oír "anécdotas del Padre" en una casa de retiros. Al fin y al cabo, nuestra vida es tiempo, y el matrimonio supone compartir la vida con la persona que hemos elegido para ello y que nos ha elegido. No tiene sentido elegir compartir la vida y luego vivir al margen de esa decisión, sobre todo teniendo en cuenta que esa unión está fortalecida por la gracia sacramental mientras que la pertenencia al Opus Dei no viene enriquecida de una manera así.

Mi amigo se dedica ahora a gestionar su divorcio, ya que no ha querido gestionar correctamente su matrimonio. A esto le ha llevado su infidelidad conyugal instigada por el Opus Dei. Ahora tiene un problema adicional a los problemas que, ya de por sí, genera la vida: Custodia compartida de los hijos, a la que dedica mucho tiempo, viajes, dinero y grescas con su ex. Problemas económicos derivados, una situación personal de soledad y frustración. En definitiva, infelicidad. Esto sí que es un "hogar luminoso y alegre" de los que decía san Josemaría, y un ejemplo de matrimonio cristiano con el que hacer mucho apostolado del ejemplo...

¿Y qué hacen sus directores del Opus desde entonces? Pues lo de siempre, encomendar. A lo cual añaden lo de "tú, ofrécelo". Por supuesto, después de haberle metido en ese problema, queda claro que "en el Opus Dei sus miembros tienen libertad personal y personal responsabilidad, por lo que asumen las consecuencias de sus propias decisiones y bla, bla, bla". Es decir, que en el Opus Dei, después de darle el coñazo hasta la extenuación para que diera primacía a las convivencias y cursos de retiro sobre la vida matrimonial y familiar, y después de decirle mil veces que su mujer "no entiende", ahora se lavan las manos. Por supuesto, ese supernumerario sigue yendo puntualmente a sus convivencias.

Eso sí, desde el Opus Dei le insisten desde entonces en que tenga mucho cuidado para no enamorarse de otra mujer y que viva poco más o menos como un ángel en medio del mundo, ya que lo contrario sería una infidelidad matrimonial, inaceptable para un miembro del Opus Dei que ha de santificarse en la vida ordinaria, en su caso, en el matrimonio, y que él, ante Dios, sigue casado con su ex.

Verlo para creerlo.

Antonio Moya Somolinos.









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