CRNUMEROBAJO, tu publicación del viernes la había estado pensando la semana anterior, tienes capacidad de leer mentes ajenas y lejanas… debes ser un mutante. Y como con los mutantes hay que tener especial cuidado, te diré que concuerdo contigo al 105% o más si fuera necesario.
Las únicas diferencias que encuentro entre tu experiencia y la mía es que yo si he encontrado ex reenganchados, no muchos pero para mí significativos. Precisamente ahora trabajo con una super que fue un par de años nume y que es de lo más normal en todos los sentidos. Bueno, quiero decir normal para nosotros ya que es el tipo de persona que le canta las cuarenta al cura cuando este le da consejos contrarios a la lógica (eso si, de muy buen espíritu tanto los consejos como el cura y como ella) y pide cambio de confesor con toda tranquilidad. Que una super diga “quiero cambiar de confesor” tiene mucha enjundia y daría para bastante pero no es el tema de lo que quiero decir hoy.
Hoy solamente quería decirle a CRNUMEROBAJO que mi experiencia también es la de más ex que in, pero fijándome también en otro aspecto que considero como un autocumplimiento de la maldición del rejalgar: la fe. O, mejor dicho, el alejamiento de la fe como reacción al paso por la trituradora.
Las razones de ese alejamiento las encuentro muy válidas y racionales pero me dan pena, se m’arruga el ombligo. Si te hacen ver la figura del Padre Eterno confundiéndote con la figura del “padre”, si te hacen ver el amor a Dios como un simple cumplimiento de una serie de normas de piedad con una visión casi mágica (besito al suelo al levantarse diciendo serviam, ducha con agua fresquita ofreciéndola por el padre, salmo II los días …), si te hacen ver el cariño y afecto humano ordenado y natural como algo malo que debe ser substituido por un determinado número de correcciones fraternas, si se convierte en obligación confesarse con quien está previsto y una vez a la semana lo sientas o no, si… es lógico que, cuando te quitas de encima toda esa normativa y reglamentación, cuando consigues quitarte el corsé que no te dejaba respirar, mandas todo a freír puñetas, pero todo todo. Y entre ese todo se van también algunas cosas, o muchas, que tenían y siguen teniendo valor para la persona independientemente de la obra, entre otras la fe.
Si realmente en la mente del padre y en el sentir de la obra (ese sentir telúrico independientemente si está escrito y normado o no) está el hacer el bien a las almas, se debería tener en cuenta también el efecto negativo de ese “pasar haciendo el bien”. No se pueden quedar en la suma parcial de los “bienes diarios” y se deben meter también los “males diarios” y si, como supone CRNUMEROBAJO, como un 80% ya son ex, tendremos que, por cada dos serviam matutinos hay ocho “cachisenlamar otra vez al curro”. Y suponiendo que la mitad de ese 80% se ha alejado de la fe gracias a laobra, tenemos… tenemos que pensar seriamente si en efecto la obra tiene como meta ayudar a las almas o es otra su finalidad.
Puede ser que no sepan que también hacen daño, pero personalmente me han tocado bastantes situaciones que, al menos, podrían calificarse como dolorosas y, si lo necesitan, podría dar los datos de cuatro o cinco personas cuya situación clama al cielo (basta con pedir mi mail a Agustina) y no me refiero a alejamiento de la fe sino a situaciones humanas muy duras y que son consecuencia directa del actuar de personas que dedican su vida a “pasar haciendo el bien”.
Ojo que el estar alejado de la fe yo no lo considero algo negativo en la persona concreta sino un simple contrasentido en el actuar de algunos cristianos que, se supone, no buscan ese resultado. Y entre esos “alejados” hay gente muy buena, con un comportamiento humano de quitarse el sombrero: gente trabajadora, buenos amigos, generosos, padres o madres de familia ejemplares pero que, ante cualquier tema ligeramente sobrenatural, te responden “es que yo ya no…”. Cada vez que toca en la lectura de la misa el evangelio de la multiplicación de los panes y los peces, me acuerdo especialmente de esos ex alejados a patadas de su fe. Parece que nuestros amigos de la obra se quedan en la primera parte de esa lectura y nunca llegan a eso de “Y cuando los discípulos recogieron los pedazos que sobraron con lo que sobró llenaros doce canastas.” No, la obra nunca hace nada mal, si se convirtieron en pedazos sobrantes es porque fueron malos, infieles, traidores y a esos… ni sal, ni agua, ni fuego. Muy caritativo y edificante.
Bueno, ya me he desahogado y ahora solo desearos que os mantengáis lejos de los virus (son amigos de los mandriles) y un fuerte abrazo a cada uno.
Zartan de los Nomos
