No renové.- CRNUMEROBAJO
Fecha Monday, 22 March 2021
Tema 020. Irse de la Obra


Llegó el 19 de marzo, día de la renovación y aunque, por mi contrastada fidelidad, no necesitaba no-hacerlo, tampoco lo hice. La legalidad me trae al pairo. Más aún: si es un contrato ¿no cabe la renuncia unilateral? Pues me fui.

Tenía todo más o menos preparado: el pisito de un familiar, que estaba vacío y con quien había hablado de antemano, casi todo lo difícil de transportar también estaba ahí. La ropa de otra temporada y cachivaches de esos que vas acumulando, no muchos ni grandes, lógicamente. Así que en una mañana de despiste… me fui con lo mismo que llevaba puesto en un desayuno en el que nadie se percató de nada (¿o si?). Viaje profesional, dijeron. Me di el gusto de hacer una salida así: soberana, pelotuda.
Desde este momento ni llamadas –teléfono cambiado- ni contacto personal, ni más encuentros, ni más charlas y peroratas. Escrito de salida y recepción de la respuesta por carta certificada con acuse de recibo o burofax. La intención ha quedado clara en una, o dos, conversaciones anteriores y en convivencia específica. Se acabó. Han sido muchos años de fructífera relación, pero hasta aquí llego.

Como llevaba entre cinco y diez años pensándolo y, de un modo u otro manifestándolo, pues no puedo decir que sea, precisamente, una decisión precipitada. Tampoco una sorpresa para nadie. A partir de ahora si necesito ir al psiquiatra, al psicólogo, al psicoanalista o al proctólogo, ya lo haré solo. Verá la forma de recomponer y reiniciar mi vida. Ya veré cómo, cuándo y con quién. Si fracaso o me duelo, pues ahí me lo coma. Solo, solito, solo o con quien, por amor, quiera estar conmigo.

Atrás quedan muchas cosas. Buenas y malas. Hoy solo me fijaré en alguna. Alguna que dice mucho sin decir demasiado.

Ya no tendré que escuchar, ni anotar, el próximo círculo breve –nunca tan breve- el día que toca, ni preparar alguno cuando me toque, el de n, el de ads o el de agds. No tendré que estar pendiente, cada año, del crt y de la cv de verano. De ver dónde me toca según las preferencias indicadas y más o menos consideradas según “convenga”. No tendré que levantarme cada día a la misma hora y hacer lo mismo sí-o-sí, dependiendo del horario oficial y nunca de otro (salvo que enfermes). No digamos nada del retiro mensual y su charla. Agotador y pesadísimo. Nadie lo soporta. O de las meditaciones semanales (cada vez más infrecuentes por falta de clero y con todos totalmente tostados de oír lo de siempre). Ni de estar, atender, escuchar, perseguir los varios retiros mensuales para s y coops, a diestra y siniestra. Así como de atender cientos de convivencias de agotaditos y abuelitos s, de perseguir a los renuentes y seguir a encargados de grupo que los persiguen por aquí y allá. Ni de darles, una vez más, el mismo círculo de estudios a unos y otros. Se acabaron las charlas personales dadas y recibidas… con todo lo que traen consigo.

Se acabaron las convivencias de encargados de grupo, de cls, de no-sé-qué, de cooperadores y otras criaturas. Se acabaron los planes de estudios especiales y otras alharacas.

Se acabaron las reuniones de cl –cuando estaba en ellos (cosa que ocurría cada vez más pues había que echar mano hasta de los hartos de, como era mi caso)-, de grupos, de encargados y celadores y con el cl respectivo. Dar cuenta de todo y para todo. Seguir y perseguir para no ser seguido y perseguido por los demás.

Tampoco las cada vez más frecuentes bendiciones simples y solemnes (no recordaba de joven haber tenido tantas, ahora son multitud, en cada fiesta hay bendición y todo el acompañamiento, lo que quiere decir que cada semana hay una o dos). Ahora podré rezar cuando y como quiera, lo que quiera y a quien quiera y con quien y con lo que quiera utilizar. Veré si lo hago o no y cómo lo hago.

Horas, minutos y segundos dedicados a esa particular forma de servir a Dios que es ser parte de ese engranaje propio de la obra, casi stalinista, propia de la Stasi, en su modo de hacer la “labor” –cosa que nadie osaba a decir; pero ahora lo digo- donde todo se registra, se computa, se conserva y se evalúa (que no quiere decir que se “analice”). Pero donde nada de lo que “no conviene” se evalúa por si enseña algo, sino que se busca como “amoldarlo” al verdadero espíritu inamovible del movimiento. Si acaso se oculta y se “borra” del registro. Por si alguien, en algún momento, aunque sea por azar, pudiera analizarlo desde otra perspectiva.

Por eso todo esto, que en realidad ocurrió en fecha equivalente de hace muchos años, estará guardado bajo siete llaves estructurales, por más que algunos lo conserven en la memoria personal para avisar a navegantes. Absurdo. Pero así es.

Se acabó todo eso para siempre, para siempre, para siempre. Gracias Oh Gran Bondad.

CRNB








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