Abundando en el escrito de Indagar, también en el mundo de los supernumerarios también conocí a homosexuales, que como yo, nos escondíamos y sufríamos en silencio una situación muy lamentable. Estaba y estoy convencido que mediante toda la información que los directores obtenían de la gente que nos rodeaba, sabían perfectamente nuestra condición. Y lejos de ayudarnos, de manera encubierta nos limitaban en áreas profesionales -si el gay miembro trabajaba en alguna labor personal u obra corporativa-, o sibilinamente nos “presentaban” a supernumerarias ávidas de matrimonio, o el cura en cuestión “se hacía escuchar” en los consejos locales, si alguna información le habríamos dicho (me viene a la cabeza una confesión…)
Como todo, nunca el Opus se ha basado en las Obras de Misericordia para tratar a sus miembros.
Sería bueno que aquellos que leemos Opuslibros y estuvimos en la misma situación, confrontáramos, al menos como medida de confort y acompañamiento, nuestra experiencia. A este propósito, Agustina tiene mi mail.
Fer