Agradezco a Ana Azanza sus comentarios sobre mis escritos. Gracias a ella he descubierto que de algo sirven. Pensaba que nadie los leería o, en caso de leerlos, a nadie le interesarían estas noticias desde un pobre país de ultramar perdido en el narcotráfico, la corrupción y el mal Gobierno, y que mi colaboración sería apenas, y eso es mucho, una terapia acogida benévolamente por OpusLibros.
Agradezco también, entonces, a Agustina, por publicar mis escritos, que han sido tan sanadores para mí. Ha sido una escritura terapéutica. Seguiré haciéndolo como renegado crónico que ha descubierto en OpusLibros su terapia salvadora.
Gómez