Y el Opus entró en mi familia.- Trece
Fecha Friday, 22 March 2024
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


 

Y el Opus entró en mi familia

Trece, 22/03/2024

 

Tengo una foto del club elkar de Vitoria, es una foto de la época navideña cantando villancicos. Tengo unos 11 años, estoy con mi padre, madre y mi hermana algo más pequeña que yo. La miro y sí, allí estuvimos un tiempo, no sé cuánto. A raíz de que mi hermano se fue a la universidad del opus a Pamplona.

Mi hermano conoció en el instituto a un compañero de clase, hijo de familia supernumeraria que por un casual se pasó de su colegio privado a hacer un curso en el instituto. Mi hermano que ha sido desde siempre un chaval estupendo, inteligente, buenísimas notas, sensible a las necesidades familiares, ayudaba en casa, en fin, un genio de bondades. Claro, en casa no podía estudiar, éramos familia numerosa y una casa muy pequeña y seguramente el contacto con aquellos supernumerarios le abrió un mundo de posibilidades de estudios, estructura y futuro. Por lo que parece ser, Dios lo puso en su camino de una manera única, según dicen ellos...



Yo acudí a algunas actividades de los sábados, fui a algunos a pintar camisetas, a la pista de hielo… Para mí en aquella época que no ni extraescolares y que tenía ganas de aprender y vivencias nuevas, pues iba a gusto, pero no tanto, porque en los comentarios con las niñas ricas y nosotras las pobres, se notaba en todo en nivel económico comparándolo con el nuestro, me molestaba pero bueno, yo no decía nada porque nunca mentía. Ya era yo así, como buenaza y algo adoctrinada por la religión y mis padres, que lo poco que nos comunicaban por falta de tiempo y estar trabajando pues sería ser formal, honestidad y con su ejemplo lo aprendí.

Una anécdota fue que para una actividad nos propusieron hacer un postre desde casa, y yo con mi hermana hicimos uno que no habíamos hecho antes porque en mi casa no se dio esa oportunidad. Fuimos a comprar coco, miramos la receta de la revista, o sea, todo lo hicimos mi hermana y yo solas, de verdad, mi madre no hacia postres de horno, decía que no se le daban bien lo de los bizcochos. Una vez en club elkar frente al jurado, yo veía que les encantó nuestros cocos, quedaron muy ricos y como las hijas de Rojo llevaron otro postre que se lo hizo su madre, pues bueno, se notó que se ganaron el premio porque eran ellas.

En algún momento dejamos de ir, ya que mi padre nos tenía que traer y llevar y no podía hacer esta dedicación con su trabajo de la fábrica a turnos de mañana y tarde, y nos pillaba lejos, a media hora andando.

Por cierto, parece ser que el dinero que nos cobraban era más bajo que a las pudientes.

Luego se mezcla otro recuerdo donde yo voy a clases de inglés al club Elkar y puede ser que tenga unos 13 años. Es ahí donde me veo en la iglesia, desamparada, yendo a confesarme con un sacerdote de la obra ya que así me lo indicaron.

No me agradaba nada esto, y me obligaba a mí misma a hacerlo.

A mí me habían dicho que era pecado mortal no ir a misa. Me asusté mucho, en aquella época con la religión que me habían metido en el colegio y que una se preguntaba, no sé dónde, pero existe un Dios, un infierno y un purgatorio. Más de una vez no me dejaba dormir tanta neurosis al respecto. En mi opinión, no me hizo bien las clases de religión y estudiar la biblia, etc., cuando todo esto ni se entiende, da miedo, y una no tiene edad para asumir tanta peripecia cruel, extraña, de otro tiempo con otras palabras, vaya que yo lo que tenía ya de antes era miedo con aquel ojo que todo lo ve que es Dios.

Pero ya el opus de en mi camino, me lo dejó claro, pecado mortal faltar a misa. Qué miedo, que si me muero, ¡dónde voy a ir! En algún momento por mí misma dejé de ir a confesarme y me liberé, aunque igual pensaba que estaba cometiendo alguna falta.

Y de pronto hay un salto en el tiempo, estoy en el instituto de idiomas estudiando inglés, tengo 17 años y aparece una la chica, a la salida, que no me sonaba, no la recuerdo, pero venía con la merienda y me decía muy firme, vamos a las salesas a rezar el rosario. Yo sentía rechazo, pero por timidez y respeto que yo he sido una buenaza y con autoestima baja y con un acentuado sentimiento de culpabilidad, iba a las salesas con ella a rezar el rosario. Su nombre Marisa.

Ella iba con faldas por debajo de la rodilla, con unas camisetas y mocasines que a mí me daban rechazo, pero yo me preguntaba, ¿qué edad tiene? Parece una señora total.

No recuerdo cómo se presentó, sí era de Elkar, quizá nos veríamos por allí, pero no la recuerdo de ir a actividades con ella, el misterio es para mí: ¿cómo aparece en el instituto de idiomas, en mi horario, y quien le ha informado y cómo sabe, porque yo , aseguro que para mí fue una sorpresa su aparición, que viniera a buscarme?

Bueno, como yo vestía heavy con pelos planchados, elásticos y ella se metida algo con mi pelo, mi frente estrecha, pues yo creo que no lo hizo muy bien para captarme, ya que me cayó mal, no me hacía gracia rezar el rosario en las salesas, así de repente y porque lo diga ella, pues le dije que no viniera más, por favor, pero no me hizo caso y venía una y otra vez.

Recurrí a mi madre, y raro, porque no éramos esa clase de familia que comunica, sino las de antes, de no hay tiempo de nada, y cada cual se saca sus estudios como puede. Que no falte la comida, la ropa, la salud, médicos y la casa preparada y la ropa lavada y todo eso con mucha dignidad y mejoras en la casa, en eso sí, pero lo emocional era ya harina de otro costal. ¿Quién tenía esos conocimientos en aquella época?

Bueno, pues llegó el día, y mi madre y yo quedamos con Marisa en un bar, me parece que ni nos sentamos ni pedimos nada, porque mi madre que es muy sencilla y que no tuvo la oportunidad de estudiar e ir a la escuela, analfabeta pero luchadora, lo que le dijo fue los siguiente:

- ¡Ya Tengo un hijo en la obra y no quiero más!

Y se acabó, sí, fin de Marisa en mi vida.

Gracias, mamá.

Pero en mí había una huella que dejaron las palabras " si no vas a misa, pecado mortal"

Seguí yendo a misa, tiempo después y teniendo pensamientos al respecto de la religión y la coherencia entre creer y actuar. Hasta que salí de eso reflexionando por mí misma, en mi opinión no podía ser que por el solo hecho de no ir a misa, alguien se condenara, era un sinsentido. Y porque dejé de ir a un concierto del Último de la Fila por ir a misa del domingo tarde, ya que había salido de marcha el sábado y dormí el domingo por la mañana. Todas las amigas fueron y yo no por ir a misa. He de cumplir qué miedo.

Y envidiaba sanamente a mis amigas que no tenían estos rollos, disfrutaban de la vida y hacia lo que les toca por edad. Y es pasé unos años con relación en la obra, desde los 11 hasta los 17 pero luego lo que queda podría decirse 18, 19, 20 años fui olvidándome de aquello. ¿Y que quedó de ello?

A todo el paso de años, mi hermano en la universidad de navarra, ya a full metido, venía diciendo que tenía una familia, mi madre no soportaba oírle eso, y le decía a ti te han cambiado, tú no eres el mismo. Mi madre le encontró aquella tecnología [cilicio] para pegarse, y le dijo ¡Hijo, si tú eres muy bueno, no te hagas eso!

Yo me quedé traumada.

A mí, mi hermano me hablaba del pudor que debería tenerlo y cuidarlo.

Dejamos de discutir lo de que había pasado en ese tiempo de la universidad porque estaba cambiado, y yo les pedía a mis padres que cuando viniera, no le dijéramos nada, porque me hacía daño a mi tanta discusión y otras desgracias aparte.

Me hicieron caso, y asi aprendimos a no decir nada sobre el tema, a hablar de otras cosas que no fueran a chocar y con el tiempo hasta yo aguanté algunas conversaciones despectivas a las mujeres. Le veía que tenía temas de los que no se salía. Y como cada cual, tenía sus opiniones y denotaban la ideología.

Pues, esta es mi historia, ya que no me captaron.

Y la de mi hermano es otra que yo no puedo contar. Sé que a mi padre y madre les engañaron o no les dijeron toda la verdad cuando vino un tal Agustín a explicarles que se iría a Pamplona a la universidad. Mi madre y padre no sabía que era la uní del opus, a ver que tampoco sabía que era el opus aún y como el profesor de mi hermano en la tutoría le dijo “su hijo puede estudiar lo que quiera, vale mucho y lo que se proponga lo va  a conseguir”, claro, que sí, ya sabíamos que tenía más coeficiente intelectual que la media, y además un montón de belleza física e interna, bondad y majísimo.

Pues pensaban que sería lo mejor para él, pero ay ama, esa universidad es privada y muy cara.

Buf, qué dilemas en mi casa, que mi padre tenía que sacar anticipos para pagar algo la uní, algo porque a ver, un sueldo para 7 personas de familia, y eso es lo que no perdono, que si lo quieren a mi hermano que se lo pague el opus y no presionar a una familia humilde que no puede pagar una privada, concho. Yo oía las discusiones y los agobios, cada mes con la misma. Qué gentuza, le captan, además de que debía un préstamo por lo visto, para pagar la uni pero también que fueran pagando algo mi padre y madre, eso no lo perdono lo vuelvo a repetir, me parece cruel, no realista, interesado y de todo.

Si una familia no puede pagar una universidad privada, pue no puede y si les interesa que vaya a la universidad del opus para captarlo, pues que se la hubieran pagado, como se puede ver, tengo rabia, sí.

Un saludo,

TRECE







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