En esta web mucha gente usa un nick. A veces –puedo estar equivocado– me parece que se sobreentiende que el motivo es el miedo a las represalias del opus. Pienso que ese motivo probablemente es verdad en algunos casos, aunque no en el mío. Estoy seguro de que los jefes me han identificado a pesar del nick. El motivo de usarlo en mi caso es que, cuando das un testimonio, cuentas cosas muy íntimas. Si pones tu nombre real, puede haber familia, amigos, conocidos, colegas, etc., que encuentren tu testimonio con tu nombre en internet, y simplemente no me gusta que esto suceda. Además, para otros, aunque tal vez no sea el motivo principal, sí lo que estoy diciendo puede ser un motivo adicional para usar un nick, que da una cierta capa de protección a lo que aquí cuentas.
A los que se quejan porque hay nicks en lugar de que cada uno firme valientemente con su nombre, especialmente si son de la obra, creo que pueden entenderlo si conocen que en la obra se han hecho informes de conciencia de todos (eran necesarios para las sucesivas incorporaciones). Esos informes iban con dos papeles separados; en uno se ponía, con una referencia, el nombre de la persona de la que se hacía el informe. El informe propiamente dicho estaba, con la referencia anterior, en otro papel. Esto proporcionaba una capa adicional de intimidad, porque si el informe caía en manos de quien no tenía por qué leerlo, sería difícil que indentificase al sujeto a no ser que tuviese los dos papeles. Y es que, cuando se habla de cosas íntimas, se prefiere mantener la privacidad.
Esos informes parece que se han suprimido, gracias a Dios, porque eran vergonzosos. Lo que no entiendo es por qué no se hace un anuncio en la página web oficial. Algo así como «Hemos suprimido los informes escritos de conciencia que hacíamos de todos los miembros; los hicimos durante mucho tiempo, estaba mal, y pedimos perdón», y de paso podrían informar de si se han destruído por completo o se siguen guardando en ficheros digitalizados con protección. Tengan en cuenta que es algo que afecta de modo directo a nuestra intimidad y nos gustaría saber –creo que tenemos derecho– qué se ha hecho con ellos.
Espero que nadie piense que estoy igualando los informes de conciencia del opus con los testimonios que aquí se dan. En el caso del opus se trataba de una violación de la intimidad de otras personas con información obtenida de modo confidencial. En esta web se publican testimonios de los propios interesados: son como autobiografías de una parte de su vida.
Me encanta la dignidad de Antonio Pérez-Tenessa cuando afirma «no hablaré mal de la obra», y realmente me gustaría seguir su ejemplo, pero no puedo dejar de decir la verdad, me parece que es una obligación moral.
Eilad
