¡Nos preocupan tantísimo los demás!.- Misita
Fecha Monday, 06 May 2024
Tema 070. Costumbres y Praxis


Mi amiga super: "Tenía ganas de darme a los demás, de hacer algo aparte de rezar tanto. Está bien rezar, claro que sí pero ¿Tanto?; ¿De forma tan obsesiva?; ¿Sin dar lugar a la espontánea y cariñosa relación con el Señor, mi Padre?; ¿haciendo un pecado de poco amor a Dios- nada menos- cuando no puedo hacer tanta norma porque no tengo esa capacidad pero amo al Señor más que a mi alma? Creo que la santidad no es eso, eso es una relación angustiosa y opresiva con el Padre, es un cumplir triste y temeroso con un Padre de fácil decepcionar, con un Padre que está siempre pendiente de que no falles en tu horario.

A lo que iba, buscaba algo más, pues me parece que a mi alrededor hay gente necesitada, que sufre, y yo quizá puedo hacer algo, ser de verdad otro Cristo. Creo que la vida cristiana no se compone sólo de un rezar continuo. Hay dos mandamientos principales que resumen los demás: amar al Señor y a los demás. El primero lo cumplimos sobradamente, bueno, es un amor algo raro, pero en fin, lo llaman así: Amar a Dios es estar todo el día, con sus minutos y segundos, pensando en El y alzando al cielo plegarias, jaculatorias, pensamientos y sufrir como Él sufrió. El segundo mandamiento, ¡ay ése!; ése no lo vemos por ninguna parte.

Mucho se ha hablado aquí de la utilización de la amistad para acercar las almas a ¿Dios? quía, ya sabemos para qué queremos las almas, si no, no nos sirven. Y es lo que me pasó: Como me sentía inquieta y quería darme de una manera más tangible, le dije a mi directora: me gustaría hacer algún tipo de voluntariado, creo que me falta algo para ser buena cristiana, me da la impresión de que soy cristiana de oratorio y de sofá, pero... ¿cómo podría hacerlo? Claro que sí, espera que lo consulto y te digo. Días después, oye mira, que tenemos este voluntariado con agregadas enfermas y mayores que ya no salen de casa e ir un día a verlas (voluntariado un poco endogámico, ¿no?) ¿te gustaría? Bueno, pues sí, vale, no está mal, no es lo que quería, pero bueno, al menos me molesto algo por alguien. Días después me vuelven a decir: oye, mira, que sería bueno que fueras con una amiga. Ah, pero es que mis amigas no vendrían, no les va esto, iría yo sola. Días después: pues mira, es que me han dicho que si no traes amigas no vayas. ¡Ahhhh! A tomar por culo la agregada vieja y sola.

Total, me lo busqué por mi cuenta: ahora voy por una parroquia y tan feliz, ayudo en una labor con gente necesitada física y emocionalmente, esos pobrecitos donde veo al mismísimo Cristo. Me deshago de ternura cuando veo su sufrimiento, soledad, necesidad y pobreza y cuando les doy una pizquita de cariño y compañía. Y, con ojos nuevos, veo otra Iglesia, la de verdad, la de la calle de al lado, la cercana al pobre, al que sufre, al enfermo, una Iglesia abierta a todo el mundo donde a nadie se le mira por lo que puede aportar, antes al contrario, se le mira por si se le puede aportar algo a él, una compañía, un cariño, un ¿qué te pasa?¿qué tienes? ¿por qué sufres?¿en qué te puedo ayudar? ¿qué necesitas?

Mi amiga, como se dice ahora, está "flipando" con estas necesidades que hay a su lado y nunca las había visto, porque solamente vivía una vida fácil de oración tras oración. Y me dice: y yo pensaba que era tan requetebuenísima, vamos, una santa de altar.

Doy gracias a Dios cada día por haberme enviado allí. Me ha enseñado este otro sitio menos glamouroso, mucho menos bonito, muchísimo menos lujoso, donde la gente tiene un mal gusto para vestir que qué te voy a contar. Mi amiga es mucho más feliz dando desinteresadamente. Me parece que, ella sí, ha descubierto lo que es de verdad amar al prójimo.

Misita









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28578