La carta de dispensa.- Galileo
Fecha Friday, 17 December 2004
Tema 020. Irse de la Obra


La carta de dispensa

Las últimas aportaciones de Satur en formato epistolar ("Querida opus") me han recordado aquella carta que muchos escribimos para pedir la famosa dispensa. Por otro lado los directores del opus Dei manifiestan que la gran mayoría de los que dejan la institución quedan agradecidos a la misma, lo cual leyendo opuslibros parece que no es cierto.

Si como se ha mencionado en esta web, D. Alvaro reconoció en cierta ocasión ante un reducido grupo de numerarios mayores que sólo un tercio de los que tenían hecha la fidelidad perseveraban, el opus Dei debe tener en sus archivos -muy bien custodiadas- miles de cartas al padre de petición de la dispensa.

Los directores piden que en la carta se muestre agradecimiento al padre y a la obra, por lo que en aquel trance, en que lo más importante para muchos es terminar cuanto antes, sospecho que la mayoría no se plantean ninguna argumentación seria y las cartas empiezan con "Querido padre" y en ellas se muestra que uno no había podido con la "vocación", es decir, la culpa recae en el que pide la dispensa. Ha habido honrosas excepciones, por ejemplo las cartas de dimisión de Maque y Fede que se encuentran en los libros silenciados de esta web, y seguramente otras, pero me temo que son la excepción. Yo no lo fui.

El opus Dei puede ampararse en sus cartas archivadas para defender su tesis de que la mayoría de los ex estamos en buen plan, porque en cierto modo lo escrito, escrito está. Por tanto, creo que las personas que acuden a esta web para buscar información y apoyo antes de formalizar la salida, tienen ahora la ventaja de no sentirse solos y de disponer de argumentos con los que redactar una carta que no sea un puro trámite que dé la razón al opus Dei. Si la obra les ha defraudado, se han sentido engañados o maltratados por los directores, etc., etc., y por tanto creen que la otra parte del contrato -el opus- no ha cumplido con sus obligaciones, pienso que tienen todo el derecho de manifestarlo claramente.

En realidad no pueden negarse a aceptar una carta de petición de dispensa, sé de alguno que la envió por correo directamente a Roma, ni pueden dejar de concederla, por tanto ¡ánimo! y a tener el valor y la lucidez que me faltaron a mí y seguramente a otros.

Un abrazo a todos,

Galileo









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