Querida Emevé
Con sus matices, a todos nos ha pasado más o menos lo mismo. Creímos, en parte porque queríamos creer que podiamos ser santos y agradar a Dios. Que había una receta que tan solo teníamos que seguir y habríamos ganado el cielo de la mejor forma, haciendo lo Dios nos pedía.
Al igual que tú, yo les creí, y quise dar la talla, y al igual que tú, sufrí mucho cuando las cosas no fueron tan simples como las matemáticas, cuando poco a poco, desde el centro de estudios empecé a descubrir que muchas de las cosas que me dijeron al pitar no eran tal y como me las habían dicho, y luego también pensé que era mi culpa, que me faltaba generosidad, que me faltaba visión sobrenatural... etc. Al igual que tú... me costó mucho irme, y me costaron muchas lágrimas recuperarme. Quitarme de la cabeza la culpa y convencerme de que no todo es como ellos lo pintan.
Aprendí muchas cosas buenas en el Opus Dei, pero también aprendí que hacen muchas cosas que no son correctas, y que hay mucho que les falta para esa santidad en medio del mundo. Cosas tan básicas que duele solo pensarlo.
Querida Emevé, cierra el capítulo, lo bueno que pudo tener y lo malo también, te sirve de experiencia, a todos les pasa. Ahora si es momento de recomenzar, y tienes toda una vida por delante, que igual tendrás experiencias buenas y malas, pero recuerda que la felicidad no es un lugar, es un camino, una actitud con la que recibes todo. Que no quiere decir que no vas a llorar y sufrir, quiere decir que de cada experiencia puedes aprender algo bueno.
y Hoy, Hoy puedes elegir ser feliz...
Con cariño
Saludos a todos y todas
Marigo